Con seis minutos de calurosos aplausos, en las calles, balcones y ventanas y todo el país, aplaudieron a Merkel durante 6 minutos, espectacular ejemplo de liderazgo y defensa de la humanidad.
Los alemanes la eligieron para dirigirlos y ella gobernó con competencia, habilidad, dedicación y sinceridad.
No dijo tonterías. No apareció en los callejones de Berlín para ser fotografiada. Fue apodada «La Dama del Mundo» y gobernó a seis millones de personas.
Durante estos dieciocho años de liderazgo de autoridad en su país, no se registraron infracciones en su contra. No asignó a sus familiares un cargo en el gobierno, no afirmó ser la creadora de glorias.
No recibió pagos millonarios, ni luchó contra quienes la precedieron.
Merkel dejó su cargo y lo entregó a quienes la precedieron, pero en ese momento Alemania y su pueblo estaban en la mejor posición de todos los tiempos.
La reacción de los alemanes no tuvo precedentes en la historia del país. Toda la población salió a los balcones de sus casas y aplaudieron espontáneamente durante 6 minutos seguidos. Una ovación enorme a nivel nacional.
Alemania se mantuvo como un solo cuerpo, despidiéndose de su líder.
Un físico químico dijo que no fue tentada por la moda o las luces, no compró bienes raíces, autos, yates y aviones privados, aun sabiendo que ella era la primera ministra de Alemania Oriental.
Dejó Alemania en la cima.
Ella se fue y nunca cambió su vestuario.
En una conferencia de prensa, una periodista le preguntó a Merkel: Notamos que estás usando el mismo traje, ¿no tienes otro? Ella respondió: «Soy una empleada del gobierno y no una modelo».
En otra rueda de prensa, le preguntaron: “¿Tiene sirvientas que limpian su casa, preparan la comida, etc.? Su respuesta fue: «No, no tengo sirvientes y no los necesito. Mi esposo y yo hacemos ese trabajo en casa todos los días.”
La Sra. Merkel vive en un apartamento normal como cualquier otro ciudadano. Vivió en ese apartamento antes de ser elegida canciller de Alemania. Ella no la abandonó y no es dueña de villa. No tiene criados, piscinas ni jardines.
Y para los que no estaban informados, algo que siempre llevó en alto y siempre dejó en claro donde quiera que iba:
«Siempre haré las cosas como a Dios agradan, porque le temo y porque le sirvo con todos mis bienes y con todo mi corazón, porque desde hace muchos años le abrí mi vida y mi corazón a mi cargo»
¿Será que todos los políticos son como ella, que son oportunistas y levantan la bandera por su cargo ministerial?
¡Merkel – ahora ex canciller de Alemania -, dejó la economía más grande de toda Europa!