Argentina arrancó este lunes los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19 elaborada por la farmacéutica estadounidense Pfizer y la
alemana BioNTech, unas pruebas que el país suramericano llevará adelante junto con Estados Unidos, Alemania y Brasil, confirmaron a
Efe fuentes oficiales.
Según el Ministerio de Defensa, los primeros voluntarios acudieron esa mañana al Hospital Militar Central, único centro habilitado para el desarrollo de estas pruebas en Argentina.
El director del centro, el coronel Sergio Maldonado, aseguró en declaraciones a Radio Rivadavia que ya concluyeron la etapa de preparación y
capacitación de los profesionales, en aras de tenerlo todo listo para la vacunación que comienza esta semana.
En ese sentido, hasta ahora ya hay apuntados «más de 25.000 voluntarios» para probar esta vacuna, un número que supera ampliamente las plazas convocadas para estos ensayos.
Quienes finalmente participen serán citados por los propios investigadores y se someterán a un circuito que incluye entrevistas, estudios clínicos y explicación sobre los procedimientos, una serie de pasos previos que «necesariamente tienen que ser cumplimentados» y que ya están listos, aseveró Maldonado.
«Como Hospital Militar, nosotros estamos aportando la infraestructura, parte del equipamiento y parte del personal de especialistas, que son unos 60 más o menos, que participan como investigadores. Ahora bien, los voluntarios que se vacunan se apuntan en un sitio que puso la misma Pfizer, que no depende
de nosotros. Nosotros aportamos profesionales, vacunadores, médicos…», señaló Maldonado.
En ese mismo sitio web se aclara que la mitad de los participantes del estudio recibirán la vacuna en desarrollo, mientras la otra mitad recibirá placebo en forma
de inyección fisiológica.
Así, los científicos podrán evaluar los resultados de ambos grupos comparándolos entre sí, para así comprobar si la vacuna es o no efectiva contra el coronavirus.
De este modo, Argentina da inicio a la tercera fase de pruebas de esta vacuna elaborada por Pfizer y BioNTech, después de haber sido elegida para ello a mediados de julio.
Dicha vacuna es una de las seis más avanzadas en el mundo, junto a las de la estadounidense Moderna, la británica AstraZeneca y otras tres
desarrolladas en China.
Las tres chinas se basan en el virus inactivado, las dos de origen estadounidense usan técnicas de ARN y la de Astrazeneca se centra en un vector
viral.
En el caso de Pfizer, se emplea el ‘ARN mensajero’, una copia de la información genética que tiene el virus a partir de la cual fabrica la llave (proteína) que utiliza para ingresar a la célula humana y producir la infección.
En una entrevista reciente, el ministro de Sanidad argentino afirmó que podría haber novedades a principios del próximo año sobre la comercialización de las primeras vacunas contra la COVID-19 en el país