En la pasada sesión del 25 de abril y por unanimidad de 30 ediles, la Junta Departamental concedió la anuencia al Ejecutivo Departamental, para erigir un Monolito recordatorio a la figura del Padre Jesuita ATANASIO SIERRA, en la intersección de las avenidas Atanasio Sierra y José Gervasio Artigas de la ciudad Paso de los Toros.
Atanasio Sierra fue un gran baluarte de dicha ciudad durante las terribles inundaciones de 1959, donde su figura se agiganta para medirse contra las inclemencias del tiempo y las consecuencias de destrucción que se ensañó contra la ciudad en aquel entonces. Casas construidas, apoyo moral, conformación de equipos de jóvenes en apoyo a las labores, fueron y serán el testimonio de la obra de ese gran ser humano, sacerdote y de sus denominados “Castores”.
Tal como lo expresa su biografía, nació en Santa Clara de Olimar el 17 de febrero de 1919; ingresó en la Compañía de Jesús en el año 1936, luego continúa sus estudios de Humanidades y Ciencias desde los años 1938 al 40, en Buenos Aires, y continúa estudiando Filosofía desde 1941 al 43 en San Miguel, (Bs. As), y desde 1944 al 46, ejerció como profesor, ordenándose como sacerdote en diciembre de 1949, ejerciendo en el Colegio de los Jesuitas como profesor de sociología y filosofía.
En 1953 comienza a trabajar, impulsado por su vocación de hombre de acción social, en misiones rurales; posteriormente, como director de obras de los barrios, asesor de UNCAS –Unión Nacional Católicas de Acción Social– y fundador de EMAUS; fallece mientras conduce un camión, el 13 de Abril 1966 a los 47 años, en un accidente de trabajo, como era de costumbre, realizando sus actividades sociales que siempre fueron el lucero de su vida; lo que puso fin a la experiencia de la granja-escuela para jóvenes, pero dejando sembrado lo que hasta hoy perdura que son las organizaciones de EMAUS en Uruguay.
A los 60 años de aquellos trágicos acontecimientos del año ‘59, es de justicia ofrendar un reconocimiento al que fue Profesor, Confesor, Maestro, y se internó en lo más profundo de la pobreza para amar a los que nada tenían, enseñando a quienes iban a habitar sus casas y a quienes donaban su tiempo y sus pocas habilidades de albañilería a la obra de EMAUS.
A su vez el Ejecutivo Departamental aprueba y comparte en su totalidad la iniciativa propuesta por el ciudadano Jorge Rodríguez Labruna y los vecinos de la zona, y entiende de recibo homenajear al “Cura Gaucho” como se lo conoce, el que puso en marcha una iniciativa dirigida a los niños, el que construyó viviendas y promovió la organización de la población beneficiaria, quien en el año 1958, comprara un terreno en el que construyó un almacén para la compraventa de ropa.