Javier Guedes, desde su compromiso con la seguridad vial, ha participado en las campañas de concientización de UNASEV activamente y ante el proyecto del ley presentado por Sergio Botana para aumentar a 0,3 el límite de alcohol en sangre al manejar, que se presenta en el parlamento de permitir el consumo de alcohol de los conductores realiza un análisis y fundamenta por qué «conducir con alcohol en sangre mata»
En Uruguay, desde 1994 se trabaja institucionalmente para regular el consumo de alcohol en conductores, lo que provoca accidentes muy graves. La ley 19360, aprobada y publicada en diciembre del año 2015 establece que «Todo conductor estará inhabilitado para conducir vehículos de cualquier tipo o categoría, que se desplacen en la vía pública, cuando la concentración de alcohol en sangre o su equivalente en términos de espirometría sea superior a 0,0 gramos por litro».
De esta forma, con la Ley 19.360 se establece cero alcoholes para conductores de todo tipo de vehículos, no solamente los profesionales, aquellos
como taxis, remises, ómnibus, camiones de gran porte, camiones de carga. En nuestro país, la incidencia del alcohol en sangre en conductores
que tuvieron siniestros de tránsito es del orden del 7% y la cantidad de siniestros que acontecen cada año, es de alrededor de 35.000. En 2019 eso
significó 821 conductores involucrados en siniestros graves de tránsito con espirometría positiva.
Sin embargo, es importante destacar que el trauma que provoca la siniestralidad vial es una enfermedad que afecta predominantemente a gente joven, con clara dominancia en el sexo masculino.
«Durante el año 2019, según las últimas cifras oficiales, los conductores viales que tuvieron accidentes con incidencia de alcohol en
sangre en la vía pública alcanzaron el 7%. En ese año se produjeron más de 400 fallecimientos y más de 21.000 heridos en la vía pública.»
Conducir alcoholizado potencia la posibilidad de provocar un siniestro de tránsito entre 30 y 40%. Debemos reafirmar la ley de alcohol cero porque
abrir una brecha entre ese rango y el 0,3 o 0,8 como estaba establecido hasta el año 1994 significa volver atrás, perder veinte años de trabajo y
avances de las autoridades y de la propia comunidad, que ya ha incorporado el valor de conducir sin alcohol en sangre, muy especialmente en los
tiempos estivales.
Las campañas que se realizan a mediados de año, fundamentalmente en la denominada «Semana de la Nostalgia» del mes de agosto, y en los
meses del verano –enero, febrero, marzo– en la que todas las autoridades y los actores involucrados trabajan para concientizar en la necesidad de conducir sin haber ingerido alcohol no incide fundamentalmente en su venta y consumo ciudadanos.
Por el contrario, el consumo de alcohol crece cada año en Uruguay.
Para lograr bajar la siniestralidad es fundamental seguir concientizando a la población y mantener la legislación vigente. Nuestro país ha
logrado un progreso muy importante en la materia. Volver atrás sería aumentar la siniestralidad y la cantidad de víctimas de accidentes, muchos de
ellos muy graves e incluso mortales: arrollamientos en la vía pública a peatones y ciclistas, por ejemplo.
Conducir bajo los efectos del alcohol mata. Es por ello que Uruguay impulsó en 2010 al programa de diseño de la seguridad vial 2010-2020, en
donde el concepto de alcohol cero es fundamental para bajar la siniestralidad en el tránsito.
Por eso debemos seguir defendiendo la ley 19360, que incorporó este concepto.