GABRIEL GURMÉNDEZ, PRESIDENTE DE ANTEL:
En un contexto de permanente transformación, Antel debió asumir un rol central en el combate a la pandemia. Los desafíos que la empresa de telecomunicaciones tiene por delante son fundamentales para su desarrollo. Entre ellos, se destaca la renovación de los sistemas de información que
maneja el organismo, que «son vetustos» e incluso «obsoletos», expresó su presidente. A su vez, el foco estará puesto en las inversiones que tengan real impacto en el cliente y en los servicios y, de hecho, se planea invertir más que en el quinquenio anterior, según detalló el jerarca.
-¿Cómo define a Antel hoy, una compañía inmersa en un sector de continuas transformaciones?
-Es una empresa que desarrolla su actividad en un contexto de cambios permanentes, impulsados básicamente por la tecnología. Esta Antel de hoy, además de estar inmersa en esa realidad propia de su negocio, está situada en el medio de una situación social y económica compleja. Así que, digamos,
está en el ojo del torbellino.
La pandemia abarca todas las dimensiones de las actividades humanas, pero en el caso de las telecomunicaciones, se han transformado casi en la vida misma de la gente; ellas se utilizan para todas las actividades: familiares, de educación, de trabajo, de salud, de entretenimiento, sociales, económicas… Todo
pasa por el sistema nervioso central de las telecomunicaciones, entonces ha colocado nuestra responsabilidad en el centro de la cuestión.
A esto hay que agregarle algunos componentes propios de nuestra realidad nacional, que tienen que ver con el contexto de mercado.
Hay un impulso por fortalecer la competitividad en el mercado de telecomunicaciones que es una dirección de política del gobierno que ya estaba planteada en la campaña electoral, y que pasó por robustecer el papel de la Ursec en la Ley de Urgente Consideración (LUC). Está, además, la portabilidad numérica y
eventualmente, si se aprueba la Ley de Medios, un mayor nivel de competencia en el mercado de internet.
Hay, a su vez, un factor externo, como lo es la eventual venta de uno de los operadores más importantes en el mercado de celular que nos
puede colocar ante un competidor con nuevas estrategias. Antel tiene como fortalezas, naturalmente, que es la empresa líder en los mercados en los que es competencia. En el móvil mantiene su liderazgo, tiene una cobertura nacional más amplia -de llegada en el territorio- que sus competidores. El
hecho de ser el operador mayor siempre es un elemento de diferenciación competitiva; y en términos técnicos, está siempre mejor o igual que sus competidores.
-¿El liderazgo también es tecnológico?
-En las distintas etapas de su desarrollo, Antel ha sabido estar en el liderazgo tecnológico; esa ha sido una fortaleza y es nuestra vocación mantenerlo. En esta etapa, esa transformación tecnológica cualitativamente va a ser la incorporación del 5G, que es la siguiente generación de celulares, pero históricamente estuvo a la vanguardia. En 1990, en el directorio que tuve la suerte de integrar, se introdujo la telefonía celular a través de la modalidad de arrendamiento de servicios. Fue una manera a la uruguaya de que se pudiera prestar ese servicio, y en el 2002 nos tocó la incorporación de la tecnología GSM en móvil y el ADSL, que fue la revolución en términos de datos.
Después, lógicamente, vino la fibra óptica en el Uruguay y los sucesivos cambios tecnológicos. Por tanto, esa ha sido una vocación de Antel que aspiramos a mantener.
Si tuviera que señalar las debilidades, las indicaría básicamente en términos de gestión. Creo que tenemos fortalezas en «fierros» y en adquisición de tecnología, tenemos una red robusta. Pero en lo que respecta a la gestión, está la gran oportunidad de mejora.
-¿A qué se refiere?
-Los sistemas de información hacia adentro que Antel maneja son vetustos y, en muchos casos, obsoletos. El sistema que maneja toda la relación de clientes, facturación de telefonía fija y datos es el que instalamos nosotros en el año 93. Creo que falta una gran renovación y va a ser parte del esfuerzo de estos próximos años.
Entre los pilares estratégicos de nuestra gestión estamos apuntando a una transformación digital hacia la interna de la empresa y en el relacionamiento con nuestros clientes. Antel no tiene expediente electrónico, se administra con papel y parece una contradicción con su realidad y los productos que ofrece.
Claramente estamos poniendo énfasis en la transformación digital tanto interna como hacia afuera.
Esperamos que en el 2021 todos los trámites y las interfaces con nuestros clientes se puedan hacer a través de un canal digital. La pandemia forzó la máquina para eso, los clientes se acostumbraron y queremos que sea posible.
Siempre tenemos que tener presente que las empresas están al servicio del cliente: el clientecentrismo tiene que ser la mirada permanente.
-¿No lo estaba?
-Había alguna distracción estratégica en ese sentido y parte de los esfuerzos y recursos no se volcaron con esa mirada. Hay cosas que son muy evidentes y es que el Uruguay es un todo, pero nuestros clientes no fueron tratados todos con equidad. Hacia el Interior existe un rezago importante en cuanto a productos, a oferta y calidad de servicio; y eso se hace mucho más claro en lo que es el Interior profundo del país. Para ellos estamos diseñando un programa específico y en el 2021 esperamos llegar con conectividad de internet a decenas de localidades rurales profundas. También, de hecho, este año más del 80% de los recursos de fibra óptica van a estar dedicados al Interior del Uruguay. En términos de infraestructura de telefonía móvil y datos móviles estamos duplicando la cantidad de intervenciones y mejoras respecto a 2019 fuera de Montevideo.
-Austeridad y competencia fueron términos que usó cuando asumió. ¿Dónde se pueden notar los grandes ahorros?
-Se van a ver en el momento que publiquemos los números, pero hubo un seguimiento minucioso de la gestión del gasto, primero en cumplimiento de las pautas y de las directivas del propio gobierno.
Fue un año difícil, porque al tiempo que buscábamos la mayor eficiencia en términos de gastos operativos, teníamos el desafío de atender una demanda extraordinaria de servicios. El tráfico de datos al hogar creció un 40% en el año 2020 y el tráfico de datos de la red celular
se duplicó. Hubo un desafío muy importante para mantener eso funcionando y lograr ahorros significativos. Notoriamente, algunos rubros fueron muy importantes en el área de la publicidad y en gastos de funcionamiento. En todos los rubros no asociados a la demanda comercia