Dicen de ella que limpia, desmaquilla y tonifica ¿cumple las tres funciones realmente?
El secreto del agua micelar reside en su composición. Este agua está formada por unas complejas estructuras moleculares llamadas micelas que le otorgan unas características que la hacen diferente al agua común.
Su principal propiedad, absolutamente reconocida, es la capacidad limpiadora. El agua micelar es perfecta como aliada de la higiene cotidiana del rostro. Por la mañana, o antes de dormir, para eliminar las impurezas acumuladas durante la jornada, un algodón empapado en este agua basta para dejar el rostro limpio, fresco, sin restos de sudor o grasa.
Es importante aclarar que el resto de supuestos beneficios no se derivan del agua en sí misma sino que vienen dados por los distintos ingredientes que cada marca incorpora en ella, algo que también resulta muy interesante a la hora de elegir la más adecuada.
¿Es un desmaquillante?
No exactamente. El agua limpia, pero no resulta tan efectiva como puede serlo un desmaquillante bifásico (agua y aceite). Puede eliminar perfectamente una base ligera o una crema con color, pero las bases más densas y, desde luego, al maquillaje waterproof no consigue borrarlo del todo.
Actualmente se comercializan aguas específicas para cada tipo de piel aunque el agua micelar «corriente», sin ingredientes extras, es adecuada para cualquier tipo de cutis. Es un cosmético que conviene tener a mano, para dejar el rostro resplandeciente en un solo gesto. Es muy recomendable, también, como paso previo al maquillaje, ya que, con la limpieza que proporciona al rostro, sin irritarlo lo más mínimo, la piel luce radiante y los distintos productos de maquillaje se fijan mejor.
¿Cómo utilizar bien el agua micelar?
No frotes. Al limpiar el rostro, es muy importante no friccionar en exceso, sobre todo en las pieles más delicadas. Pasa el algodón impregnado en el agua micelar con suavidad por tu piel, las micelas son capaces de atraer la suciedad y el exceso de sebo al contacto con la piel, sin necesidad de apretar o frotar.
Usa suficiente producto. Usar la cantidad suficiente de producto es clave para que el agua micelar funcione bien. Impregna el disco de algodón o la toallita reutilizable lo suficiente, pero sin que el agua gotee.
Aplícala en el orden correcto. Se recomienda empezar siempre limpiando los ojos con suaves presiones y continuar desde la zona interior a la exterior. Por último, pasa a los labios; si hay maquillaje en tu piel, usa algodones distintos. El rostro hay que desmaquillarlo siempre por mitades y desde el centro hacia los laterales, ejerciendo ligeras presiones. ¿Un truco para dejar las pestañas perfectamente limpias? Pon un poco de agua micelar en un bastoncillo y pásalo sobre las pestañas con movimientos rotatorios.
El agua micelar no necesita aclarado, pero tras la limpieza se puede utilizar una pequeña gasa de algodón sobre el rostro, si la piel tiene sensación de humedad.
Por último, recuerda que el agua micelar es perfectamente compatible con tus cosméticos habituales y con los distintos tratamientos de belleza (no los sustituye). Puedes utilizarla, por ejemplo; para limpiar el rostro y, a continuación, aplicar tu crema hidratante – nutritiva de día o de noche con total seguridad de estar cuidando tu piel como merece.