El Sedov es un buque escuela en el que se instruyen 111 cadetes, contó a la prensa Yaroslav, uno de ellos.
Tiene 22 años y dijo que él es uno de los cadetes de mayor edad en la nave, ya que la mayoría tiene entre 17 y 20 años.
Ser un cadete me gusta, por supuesto, vivir en el mar y compartir con la gente que está en el barco, y la vida misma en el velero", dijo Yaroslav. Sin embargo, reconoció que el trabajo en la embarcación es difícil, pero es muy bueno, porque ves muchos países, ciudades y muchas personas. Yaroslav está estudiando para ser ingeniero eléctrico.
En el Sedov los cadetes aprenden el funcionamiento de todos los aparatos abordo, de las máquinas, de las velas, la parte eléctrica, explicó el cadete.
El velero escuela volverá entre junio o julio a Rusia, y allí nuevos miembros de la tripulación embarcarán en el navío y partirán a Panamá y México.
Señaló que, para poder navegar, el Sedov necesita solo cinco personas, cuatro que manejan los timones y el quinto es el que debe estar atento en el timón del velero.
El buque salió de Rusia el pasado 8 de diciembre, es decir que estará en altamar por unos siete meses.
La tripulación tiene una pequeña capilla que llama la atención al entrar, debido a que prima el color dorado, dispone de varios cuadros con figuras de santos y dos santuarios pequeños donde hay velas disponibles para que los visitantes puedan encender.
Una mujer uruguaya le preguntó a su pequeño hijo si quería prender una vela, y juntos la dejaron encendida en el santuario, según indicó ella para que proteja a los cadetes en su regreso a Rusia.
Quienes visiten el Sedov no solo podrán llevarse de recuerdo las vivencias y las fotos, sino que también podrán comprar remeras, imanes y encendedores con la imagen del velero ruso en la tienda que está en el frente de la embarcación.
En ese lugar se escuchaba música rusa; los precios estaban en euros, pero se podía pagar en pesos uruguayos. (Sputnik)