Evo Morales se traslada a México, donde será recibido como asilado político.
Senadores y diputados fueron convocados para este martes para tratar la renuncia del líder del MAS.
México fue el destino del ex presidente boliviano Evo Morales, quien renunció a la presidencia de su país el domingo como consecuencia de la presión ejercida en su contra por sus opositores políticos, las Fuerzas Armadas y la Policía. Ni bien se conoció la dimisión de Morales, el gobierno mexicano que preside Andrés Manuel López Obrador le ofreció asilo político. En la tarde de ayer el canciller mexicano, Andrés Ebrard, confirmó el pedido de asilo del líder del Movimiento al Socialismo (MAS), que se le otorgó de inmediato. En el momento del anuncio, el diplomático recordó que México se ha caracterizado por respetar los asuntos internos de las naciones y por conceder el derecho a asilo político a quienes sufren persecución política. Agregó que se le otorgó el asilo a Morales “por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se vive en Bolivia, que pone en peligro su vida”
“Hace minutos atrás hemos recibido la carta con el parte que nuestra Policía Boliviana ha sido rebasada, y en cumplimiento a la misión constitucional el mando militar ha dispuesto que las Fuerzas Armadas ejecuten operaciones conjuntas con la Policía para evitar sangre y luto a la familia boliviana, empleando en forma proporcional la fuerza contra los actos de grupos vandálicos que causan terror en la población”. Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Williams Kaliman, ayer en conferencia de prensa.
Mientras esto sucedía, en el sur de La Paz y en la vecina localidad de El Alto se registraban graves incidentes, en los que grupos afines al ahora ex mandatario realizaron protestas callejeras, que tuvieron como respuesta una feroz represión de las fuerzas policiales. Desde la provincia de Chapare, cerca de Cochabamba, este lunes de tarde Morales denunció estos hechos en su cuenta de Twitter: “Después del primer día del golpe cívico-político-policial, la Policía amotinada reprime con bala para provocar muertos y heridos en El Alto. Mi solidaridad con esas víctimas inocentes, entre ellas una niña, y el heroico pueblo alteño, defensor de la democracia”.
“Así fue mi primera noche después de dejar la presidencia forzado por el golpe de Mesa y Camacho con ayuda de la Policía. Así recordé tiempos de dirigente. Muy agradecido con mis hermanos de las federaciones del Trópico de Cochabamba por brindarnos seguridad y cuidado”, tuiteó ayer a última hora Evo Morales, junto con una foto en la que aparece acostado en el piso sobre una manta, y con una carpa hecha con una sábana en la que se ocultó.
Enseguida volvió a tuitear: “Para un presidente indígena que representa al pueblo humilde, la Policía se amotina y da golpe mientras las FFAA piden su renuncia. Para políticos neoliberales que ostentan poder económico, Policía y FFAA reprimen al pueblo que defiende la democracia con justicia, paz e igualdad”.
“Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”, tuiteó en las últimas horas de la noche de ayer.
Paralelamente, la situación institucional del país seguía siendo incierta. En las primeras horas del lunes arribó a La Paz la senadora Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado y quien en las próximas horas podría asumir como presidenta transitoria. De tarde, no obstante, la legisladora fue evacuada de la céntrica plaza Murillo paceña, frente a la que se erige el Palacio de Gobierno, en virtud de los incidentes que se registraban a pocos kilómetros de allí, según informó el diario El Deber.
Áñez podría ser quien asuma la presidencia de Bolivia al ser inviable la sucesión que establece la Constitución por las renuncias de Morales, su vicepresidente, Álvaro García Linera, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y el presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda. Este lunes, poco después de llegar a La Paz, Áñez, quien pertenece al derechista Movimiento Demócrata Social, hizo un llamado a la pacificación y brindó garantías a los asambleístas del MAS para que lleguen a la sesión de este martes de la Asamblea Legislativa que analizará la
renuncia a la presidencia de Morales y que determinará los pasos a seguir para paliar la profunda crisis institucional.
Según reseñaron medios bolivianos, Áñez explicó que recibió el respaldo de la Policía y de las Fuerzas Armadas para que se concrete la sucesión. También informaron que está en contacto con organismos internacionales para explicarles la situación actual del país. En la sesión de este martes la Asamblea Legislativa, órgano integrado por los senadores y los diputados, tiene la potestad de elegir un nuevo presidente del Senado para que pueda finalizar el mandato de Morales hasta que se convoquen nuevas elecciones.
No obstante, el panorama dista de ser claro. Con las Fuerzas Armadas a las puertas del poder, desde el espectro político la figura más prominente en este momento –más que el candidato opositor Carlos Mesa, quien perdió con Morales en las controvertidas elecciones presidenciales celebradas el 20 de octubre– es el líder del Comité Cívico pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. Abogado de 40 años, ferviente católico y perteneciente a una caudalada familia oriunda de Santa Cruz de la Sierra, desde siempre bastión de la oposición a Evo Morales, Camacho ganó notoriedad en las últimas semanas al posicionarse como el principal rival político del líder del MAS. El domingo, pocas horas antes de la renuncia de Morales, el líder cruceño ingresó en el Palacio de Gobierno, la antigua sede del Ejecutivo boliviano, portando una bandera boliviana y la Biblia, además de una carta de pedido de renuncia dirigida al ahora ex mandatario.
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