El hígado es un órgano de gran importancia que, entre otras cosas, actúa como un sistema de filtración del organismo. Diversos hábitos y acciones, sin embargo, pueden ponerlo en riesgo sin que te des cuenta.
Consumo de alcohol
Ingerir bebidas alcohólicas en exceso puede ocasionar una sobrecarga en el hígado, ya que es este órgano el responsable de procesar el alcohol en nuestro organismo. Si las células hepáticas están trabajando en exceso de manera constante, esto puede provocar daños al hígado como cicatrices llamadas fibrosis o daños más severos, como es el caso de la cirrosis.
Uso de aerosoles
El hígado es una estación que filtra las toxinas en el organismo, pero no lo hace solamente con lo que se ingiere, sino que filtra también los productos químicos que uno huele.
Para evitar daños al hígado se recomienda tener cuidado al utilizar aerosoles. Lo recomendable es usar estos productos en un área bien ventilada y, si es posible, ponerse una mascarilla al pulverizar insecticidas, fungicidas, tintas y otros químicos tóxicos.
Plaguicidas en los alimentos
Los plaguicidas que se utilizan para proteger los cultivos de los insectos, las malas hierbas y otras plagas pueden ser tóxicos para el ser humano. Sus efectos sobre la salud pueden ser tanto agudos como crónicos, en función de la cantidad y del modo de exposición, alerta la OMS. Por esta razón, es importante lavar bien las frutas y hortalizas o pelarlas antes de consumirlas. Tatuajes y piercings
Es imprescindible buscar el servicio de profesionales del área que sigan las normas de seguridad, siendo la principal de ellas el uso de materiales esterilizados adecuadamente.Si no se siguen las medidas de seguridad y de higiene, las agujas y otros equipos pueden ser fuente de contaminación de enfermedades transmitidas por la sangre, como la hepatitis B y C, entre otras. Estas afecciones pueden provocar daño hepático permanente e incluso cáncer de hígado, detalla la Universidad de Michigan.
Mala alimentación
Además de ser un filtro, el hígado es responsable de procesar lo que comemos y bebemos y transformar en energía y nutrientes. Así, para no sobrecargar este órgano es importante seguir una dieta equilibrada.
Vida sedentaria
La práctica regular de actividad física es clave para la buena salud hepática. El ejercicio reduce el estrés en el hígado, aumenta los niveles de energía y ayuda a prevenir la obesidad, un factor de riesgo para la enfermedad hepática.
Se recomienda hacer un total de 150 minutos de ejercicio a la semana. La actividad física se puede distribuir entre los días, por ejemplo, 30 minutos al día, 5 días a la semana.