Partido Nacional – Edil Dorys Silva
Hoy voy a hacer referencia a los códigos y los valores pero aplicados a la política. Hace unos días todos esperábamos ansiosos el primer debate, si se puede llamar debate, de candidatos a la Presidencia tras 25 años de no tener la chance de verlos.
Me sorprendí tanto, el candidato del oficialismo me dejó asombrada y lo que más me asombra es que hay detalles que se pasaron por alto sin el menor análisis. Más allá que por supuesto, algunos correligionarios lo han marcado en los medios de comunicación, aunque sin mucha réplica. En el fervor del debate, el Ing. Martínez asegura a cara lavada, que en el Gobierno Blanco de Lacalle Herrera, las rapiñas se duplicaron.
Esta afirmación es absolutamente falsa. Están jugando a agitar cucos, como cuando hablan de la motosierra. Por suerte para todos, la gente piensa, razona, toma sus propias decisiones basadas en lo que dice su realidad.
En el mismo fervor, Martínez increpa a Lacalle Pou y le pide que lo mire a los ojos; Lacalle Pou lo mira y Martínez mira a cámara, en lo que significa una absoluta falta de respeto. Libretado, tartamudeando, visiblemente nervioso, leyendo todo el tiempo, realmente sin estatura para ser candidato a la Presidencia. La falta de códigos y valores de Martínez es realmente vergonzosa. Y es una falta de códigos que se traslada desde la campaña a su vida personal. No tiene la más mínima coherencia.
Dice que en Uruguay todo está muy bien, el trabajo, la seguridad, la educación y quiere convencernos de todo eso del mismo modo que quiere convencernos de que los uruguayos vacacionamos en Miami. ¿Si es tan buena la educación pública en el Uruguay, por qué su hija está estudiando en EE.UU, por qué en ese país y no en Cuba o Venezuela donde según ellos también las cosas andan bárbaras? ¿Será que para eso el imperio no está tan malo? ¿Por qué sus nietos iban al Liceo Francés? ¿No es lo suficientemente buena la escuela de túnica blanca y moña azul? Es momento ya de tener vivo y continuar aplicando los valores varelianos, escuelas laicas, gratuitas y obligatorias. Si bien toda esta falta de rectitud y coherencia del candidato oficialista me preocupa, tengo fe en la gente. Creo que del mismo modo que yo he podido razonar estos hechos tan notorios, lo sabrán hacer todos
los uruguayos antes del 27 de octubre y así llegar al triunfo de nuestro querido Partido Nacional.