Edil del MPP/Frente Amplio, Pedro Vázquez.
Hemos presentado un anteproyecto con el objetivo de promover la difusión de la Ley 16.858 de Riego, involucrando esta Junta Departamental a través de la Comisión de Agro, Industria y Bienestar Animal.
Recientemente se aprobaron modificaciones a la ley de riego vigente, con la idea de desarrollar una verdadera política de riego, apostando a represas multiprediales, como alternativa a proyectos individuales, procurando sostenibilidad económica y ambiental.
Uruguay exporta el 80% de lo que produce, y carece de capacidad financiera para competir con países que subsidian su producción; tiene que hacerlo en base a competitividad genuina, estrechamente ligada con productividad, con diferenciación, pero sobre todo, con estabilidad. Es necesario producir más cantidad de producto en cada espacio de tierra ocupado. Esto hay que ponerlo en la cuenca ambiental y de sostenibilidad.
El riego aumenta la cantidad de kilos producidos en cada hectárea; de esa manera podemos producir más en menos tierras labradas; ambientalmente significa que vamos a producir más kilos de materia orgánica por cada hectárea labrada y eso es bueno para el cuidado de nuestros recursos naturales, principalmente la tierra; y es también un aporte que mejora la ecuación del país en cuanto al calentamiento global y a la producción de gases de efecto invernadero. La idea es que el agua no sea inmanejable; que sea un insumo como lo es la semilla, la genética, el fertilizante, la maquinaria, y no un factor de características imponderables para el productor.
Se han levantado algunas voces cuestionando las modificaciones que propone esta ley, en particular lo referido al represamiento, argumentando que contamina el agua. Al respecto, comparto las expresiones del Director de la DINAMA, Ing.Alejandro Nario: “En algunos lugares es más razonable tener presas de mayor porte en la cabecera de la cuenca –que es donde no tenemos los problemas asociados al fósforo y a las aplicaciones-, y que la producción esté aguas abajo. Hay cuestiones asociadas al tamaño. Algunos estudios que hemos hecho con la Facultad de Ciencias, muestran que en realidad los pequeños represamientos son sembradores de cianobacterias, porque al tener un perfil de poca profundidad, la generación de agua provoca condiciones para el desarrollo de floraciones algares, obviamente que en presencia de fósforo, una temperatura propicia, luminosidad y otros factores. Entonces, hay indicios que muestran que podría ser menos riesgoso tener presas de mayor tamaño, que un sin número de pequeñas presas. Esto también lo podemos asociar al lugar donde estén instaladas esas presas y la posibilidad de aporte de fósforo. La idea es realizar estudios y desarrollos en ese sentido”.
Los proyectos de represas de determinado porte, deberán presentar un estudio de impacto ambiental y además tener una aprobación ambiental de la operación no sólo de la construcción, como sucede actualmente. Se verificarán que las condiciones establecidas para la construcción se cumplan de manera adecuada. La DINAMA exigirá a los proyectos de mayor porte un estudio de impacto de toda la cuenca, no solo la consideración del proyecto individual.
La idea es que Uruguay pueda generar la capacidad de anticiparse, y estudiar con una mirada más amplia como va a ser el desarrollo por cuenca.
Por si lo anterior resultara insuficiente, el artículo 5 del proyecto aprobado, dice que toda obra hidráulica que no respete la autorización ambiental, podrá ser demolida por iniciativa del Ministerio de Vivienda o del Ministerio de Ganadería.
Otra cuestión que ha generado polémica, y sobre lo cual debemos ser muy precisos, tiene que ver con que algunos entienden que el agua se vende, cuando lo que en realidad se plantea es cobrar por los servicios de juntar el agua en una represa, y luego trasladarla hasta el predio donde se habrá de regar.
No se cobra por el agua, sino por el servicio que implica transformar esa agua que se escurre rumbo al mar, en un insumo productivo. Tengamos presente, que actualmente, con las reglas de juego y leyes vigentes, el gran propietario de tierras puede construir una represa de gran porte, porque cuenta con el capital necesario y tierra disponible. Y obviamente, puede utilizar para su provecho el agua que es de todos. Con el sistema que estamos proponiendo, es transparente la gestión del agua y habrá un mayor control del Estado.
Los cuidados ambientales y el compromiso de aplicar esta política de riego sin favorecer la concentración de capital en el agro, son desafíos a los que debemos estar muy atentos. Por el contrario, si logramos que los pequeños productores o por los menos, algunos de ellos se apropien del riego, estaremos agrandando sus campos y sus posibilidades.