Partido Nacional – Edil Jorge Ferreira
Corresponde expresar al inicio de mis palabras el estado de satisfacción personal que tengo, no solo desde el punto de vista político-partidario, me saco la camiseta, desde el punto de vista de nuestra concepción democrática-republicana de nación; la alegría por el episodio que culminó finalmente el día 24 de noviembre cuando la mayoría ciudadana de uruguayos determinó alternancia en el Gobierno, en la gestión del poder público.
Satisfacción enorme porque es la primera vez que una persona de la edad de Luis Lacalle Pou asume esa responsabilidad, que yo tenga presente en épocas contemporáneas, es la tranquilidad de ver un tipo joven con el cual alguna instancia compartimos de militancia político-partidaria, alguna marcha a Masoller en la cual demostró además de su destreza gauchesca, la sencillez en el comportamiento, en el vestirse, en el andar, en el conocimiento de las cosas del campo y particularmente, la altura con que supo manejarse siempre en esos días de marcha con quienes con él interactuamos.
Un Presidente que tenga una visión de país diferente, que haga que una cosa que mencionamos bastante, que de aquí a no mucho tiempo, por ejemplo, los vehículos oficiales de Uruguay tengan matrícula de: Artigas, de Salto, de Cerro Largo, de Tacuarembó, que dejemos de ver las chapas oficiales de Montevideo en las camionetas de la Comisaría de Baltasar Brum o en la Octava de Caraguatá o en Vichadero. Que haya además en la gestión pública calificados y con conocimientos técnicos, pero actores políticos que tengan vivencia del día a día con la gente de tierra adentro.
Una visión de país diferente, que estamos extrañando, que no determine la vida del país exclusivamente desde alguna muy moqueteada oficina con vista al mar desde la bahía de Montevideo. Ha culminado un proceso y la visión que debemos tener, que tengo yo al menos, es que tenemos que mirar para adelante, la función de gobernar es para todos, para quienes votaron al Presidente entrante y para quienes no, también.
Uruguayos somos todos, tacuaremboenses somos todos, caminamos en las calles de Tacuarembó todos los días, luchamos por lo mismo, tratamos de mejorar nosotros y nuestras familias; tratamos de que mejore mucho la sociedad en que vivimos.
La suerte del gobernante es la suerte de todos los uruguayos, o sea que corresponde no ser agoreros del desastre y sugerir, recomendar, desear profundamente y aportar si tenemos la chance en lo que podamos para que las cosas sucedan de la mejor manera.
Vaya también mi saludo a Luis Lacalle Pou, a este joven Presidente que tiene la enorme responsabilidad de momentos de la región, del mundo y del país muy difíciles. Nos interesa mucho saber cómo está el Uruguay, pero de aquí para adelante señora Presidente a empujar todos, el barco, porque estamos todos jugados a que esto así suceda.