Resumen: Mi noche triste el primer tango con argumento, creación musical de Samuel Castriota, originalmente fue un tango instrumental llamado Lita. Pascual Contursi autor de la letra y Carlos Gardel lo inmortalizó grabándolo el 9 de abril de 1917.
A continuación, volvemos a algunos párrafos publicados en la nota anterior que refrescarán la memoria del lector permitiendo además establecer un puente para la presente nota.
En la letra de «Mi noche triste» el personaje central de la obra habla de lo que piensa y siente frente a ciertos hechos ocurridos; esto llama poderosamente la atención no sólo al público en general sino también a la gente del ambiente musical ya que hasta entonces, los personajes de las letras eran tan ficticios que parecían no sentir nada.
Lo que hasta entonces eran simples relatos anecdóticos, con Pascual Contursi pasaron a ser fragmentos de la historia de la vida del personaje, con reflexiones y expresiones sentimentales (muchas veces íntimas) a través de las cuales éste saca conclusiones, más de una vez, descarnadas.
Era la primera vez que el personaje de una letra hablaba abiertamente acerca de la vida que llevaban una prostituta y su explotador
Pascual Contursi, autor de Mi noche Triste.
ORIGEN DEL VOCABLO “CURDA”
Este hombre abandonado no llora por que amaba a la mujer sino porque se acostumbró a vivir gratis, sin trabajar y ya se sabe lo que ocurre cuando un hombre, durante mucho tiempo, se acostumbra a vivir “de arriba” y se le acaba esa posibilidad: se echa al abandono, se hace amigo de lo ajeno, se emborracha y/o se droga, etc.
En realidad, el abatimiento que lo invade se debe al cambio de vida que debe enfrentar al no tener más a su lado la mujer que lo atendía en todos los órdenes imaginables de su vida. Se debe tener que buscar otra mujer que lo mantenga para poder continuar viviendo como un parásito explotador. Eso es lo que le causa angustia y por eso se “encurdela”.
ENCURDELARSE significa ponerse en CURDA (o agarrarse una CURDA), vocablo que llegó al Río de la Plata con la enorme cantidad de inmigrantes italianos durante la década de 1910; es decir que CURDA era una expresión totalmente nueva cuando Pascual Contursi la incluye en “Mi noche triste”, lo cual hace suponer que a pesar de lo nueva, para cuando Contursi escribe “Mi noche triste”, ya tenía una difusión muy grande entre los pobladores del Río de La Plata.
El vocablo CURDA surge de KURDO que es el gentilicio de toda persona nacida en el KURDISTÁN.
Esta semana se explicarán más términos Lunfardos utilizados en este tema y su origen.
COTORRO:
En algunas zonas de España a partir de mediados del siglo XVIII, comenzaron a instalarse en algunos pueblos ciertos refugios llamados COTARROS. La finalidad de estas instalaciones, que se fueron multiplicando con el paso del tiempo, era dar albergue a los pobres, a los vagabundos y a cualquier persona sin hogar para que pueda pasar la noche, especialmente durante los crudos inviernos europeos.
Se trataba de desprolijas habitaciones en las que se guarecían los necesitados… Cuando en Argentina se decidió cambiar la población autóctona por anglosajones (segunda mitad del siglo XIX), Buenos Aires recibió una avalancha de europeos (fundamentalmente de italianos y españoles). Vinieron los más pobres e ignorantes, los anglosajones brillaron por su ausencia. Los españoles trajeron el vocablo COTARRO y lo usaron para referirse a las habitaciones de los conventillos en que se alojaban.
La misma suerte corrieron los tanos que con su itálico acento incorporaron el vocablo, pero que sus hijos (tal vez creyendo que sus padres pronunciaban mal) transformaron la expresión COTARRO en COTORRO…
Cuando voy a mi COTORRO
Y lo veo desarreglado
Todo triste, abandonado
Me dan ganas de llorar…
CAMPANEANDO:
En el mundo cristiano el vocablo CAMPANEAR significaba “avisar”. Porque todas las iglesias, desde muy antiguo, avisaban mediante sus campanarios, además de la hora, los acontecimientos de relevancia que ocurrían: un casamiento, un bautismo, una misa, la despedida a un muerto, etc…
En Buenos Aires, ciudad super poblada para aquella época y sin posibilidad de trabajo ya que prácticamente no había industrias (acá no se fabricaba nada, todo se importaba de Inglaterra), muchos hijos desocupados de inmigrantes, comenzaron a organizarse para realizar atracos (que ellos llamaban “trabajo” o “laburo”).
Uno de los componentes de la organización era el que vigilaba la zona para “avisar” sobre la posible presencia de policía o testigos en las cercanías. Ese personaje era el que hacía de campana y, de hecho, se lo llamaba CAMPANA. De esta forma el verbo CAMPANEAR pasó a ser, en el habla del bajo pueblo, sinónimo de mirar, observar, espiar, etc…
Me detengo largo rato
CAMPANEANDO tu retrato
Pa´ poderme consolar.
BULÍN:
Casi todos los investigadores hablan de la posibilidad de que BULÍN surja de una expresión de origen francés que usaban los albañiles de ese país para referirse a ciertos huecos que hacían en las paredes durante la construcción y en el que los pájaros construían sus nidos. ¿Pero cómo vino al Río de La Plata este vocablo si nunca llegaron a estas regiones la cantidad suficiente de albañiles franceses como para dejar esa voz en el habla popular?
La referencia más antigua que se encontró del vocablo BULÍN apareció en 1879 en un artículo del diario La Nación en el que se publica lo que aparentemente puede llegar a ser la primera versificación en lunfardo que se conoce:
Estando en el BOLÍN polizando
Se presentó el mayorengo:
A portarlo en cana vengo,
Su mina lo ha delatado.
Pero ocurre que, en lugar de BULÍN, el vocablo era originariamente BOLÍN. Asimismo, podemos ver que lo que después fue “apolillando”, al principio fue “polizando”. Estos cambios en los vocablos lunfardos fueron muy frecuentes, acabamos de ver, por ejemplo, que “cotorro” en un comienzo era “cotarro”; en la actualidad se llama “gato” a la prostituta nocturna mientras que, en tiempos de Gardel, gato era el más inútil de la banda de delincuentes (generalmente un discapacitado: rengo, manco, tuerto, etc) que era utilizado para abrir y cerrar el portón o la puerta cuando sus camaradas venían en busca de refugio con el botín del “laburo”.
De todas formas, tanto el vocablo “cotorro” como bulín se refieren a una habitación generalmente habitada por un hombre sólo o una pareja sin hijos. Una pareja de la que ahora, según “Mi noche triste”, se ha ido la mujer y él recuerda lo adornado y alegre que tenía al BULÍN en contraste con el abandono en el que está viviendo.
Ya no hay en el bulín
Aquellos lindos frasquitos
Adornados con moñitos
Todos de un mismo color.
El espejo está empañado
Y parece que ha llorado
Por la ausencia de tu amor.
LA ILUSIÓN Y LOS RECUERDOS:
Según se desprende del relato, este individuo, cuando la mujer salía por las noches a atender a los clientes, él no cerraba la puerta del bulín. Es decir, no le echaba llave para que ella, cuando regresaba a altas horas de la madrugada, pudiera entrar mientras él dormía. Ahora, solo y sin la mujer, confiesa que no puede cerrar la puerta porque tiene la ilusión de que puede o va a volver.
De noche, cuando me acuesto
No puedo cerrar la puerta
Porque dejándola abierta
Me hago ilusión que volvés.
Esa enfermiza ilusión provoca que durante el día trate de vivir de la misma forma
que vivía cuando ella estaba.
Siempre llevo bizcochitos
Pa´ tomar con matecitos
Como si estuvieras vos
CATRERA:
Deformación despectiva de CATRE, vocablo traído por ciertos portugueses testaferros al Río de La Plata durante los siglos XVI y XVII cuando venían a realizar ciertos negociados de contrabando y pasaban varios días alojados en lugares paupérrimos (para gastar lo menos posible) con la única finalidad de concretar la operación sin la participación de la corona española. Esa notable característica de estos portugueses hizo que durante muchos años se usara la palabra portugués como sinónimo de “amarrete”.
Estos portugueses contrabandistas con tal de gastar la menor cantidad de dinero pagaban unos pocos pesos por un lugar vacío donde dormir y traían consigo una cama desplegable, que ellos denominaban CATRE, que tiene cuatro patas que se abren y se pliegan como las hojas de una tijera y que sobre dos maderas o bastidores horizontales se extendía una gruesa arpillera sujeta con tachuelas.
Estos portugueses eran enviados desde Brasil (que era una colonia portuguesa) con una suma fija como pago a sus tramitaciones, motivo por el cual trataban de gastar lo menos posible.
El CATRE fue usado luego por el gaucho cuando dejó de dormir sobre las mantas o las matras tiradas en el suelo.
En Buenos Aires, las clases bajas comenzaron a llamar CATRE a la cama y CATRERA a la cama desvencijada o en malas condiciones de conservación.
CABRERA:
Cabrera es el femenino de CABRERO que proviene de varios milenos atrás cuando la civilización se comenzó a dividir en agricultores y pastores. A aquellos pastores que cuidaban cabras se los llamaba CABREROS y vivían en constante lucha contra los agricultores quienes cuidando sus plantaciones espantaban a las cabras muchas veces de forma violenta. De esta forma surgió el primer conflicto importante entre los agricultores y los ganaderos. Y así, el vocablo CABRERO y su femenino CABRERA pasaron a ser sinónimo de persona muy enojada.
En el caso de “Mi noche triste”, el enojo o malestar, el hombre abandonado lo transfiere a la CATRETRA.
Y si vieras la CATRERA
Como se pone CABRERA
Cuando no nos ve a los dos.
LA GUITARRA EN EL ROPERO:
Con la expresión “La guitarra en el ropero” se ha popularizado una errónea interpretación; por lo general se cree que este personaje guardaba la guitarra colgada dentro del ropero; y esa interpretación es mucho más generalizada de lo que parece, pues alrededor de 1950 se filmó la vida de Pascual Contursi (interpretado por Jorge Salcedo) y cuando el personaje evoca a su guitarra abandonada, se abre la puerta del ropero y aparece el instrumento colgado en su interior. Pero ocurre que estos hombres no eran muy cuidadosos que digamos y siempre tenían la guitarra a mano para tocar y cantar cuando querían hacerlo. Para ello colocaban un lacito de cuerda o cinta sujeto a la parte en que finaliza el clavijero y comienza el diapasón. De ese lacito colgaban el instrumento en el exterior del ropero, sobre un costado del mueble, enganchado en un clavo sujeto en el travesaño que todos los roperos tenían en la parte superior sobre el borde del techo.
LA GUITARRA EN EL ROPERO TODAVÍA ESTÁ COLGADA,
Nadie en ella canta nada
Ni hace sus cuerdas vibrar.
Finalmente el relato termina con un sombrío panorama de abandono y soledad realmente angustiante porque él estaba convencido que la quería, cosa bastante común en estos hombres cuando la mujer era mucho más joven y ellos ya sentían el peso de los años.
Y la lámpara del cuarto
También tu ausencia ha sentido
Porque su luz no ha querido
Mi noche triste, alumbrar.
EL NUEVO CANTO Y SU ACOMPAÑAMIENTO EN GUITARRA:
Hasta el momento en que Gardel decide grabar la referida obra, los tangos eran cantados de una manera un tanto zarzuelesca y con acompañamiento de bandas con instrumentos de viento. Pero Gardel, cantor criollo por excelencia, decide incorporar al tango en su repertorio de géneros cantables y resuelve entonarlo en criollo.
Es conveniente aclarar que lo criollo no tiene nada que ver con lo gauchesco, aunque tiene algún parentesco debido a que muchos criollos se identificaron con la cultura y la forma de vida del gaucho… Pero un criollo es el descendiente de europeos en suelo americano. A todos los descendientes de la cruza originaria entre un aborigen y un europeo se lo llamó por muchos años “criollo americano” tal como lo expresa el gran uruguayo Don Elías Regules en un estilo registrado por Arturo de Nava en los primeros años de la década de 1910. Lamentablemente esa expresión ha caído de desuso… y fue reemplazada por el vocablo “negro”.
¿Pero cómo cantar en criollo algo que era totalmente novedoso y no había antecedente alguno que sirviera de referencia? Por otra parte, el tango de aquel tiempo era ejecutado con el ritmo básico de la habanera, aunque bastante más acelerado que el ritmo de la música cubana. Además, el guitarrista José Ricardo también se encontraba con el dilema de acompañar con ese ritmo juguetón (típico del tango de esa época) una obra con características dramáticas. Era la primera vez que ocurría algo así. Hasta entonces las escasas letras de los primitivos tangos eran festivas, burlescas, picarescas, nada serias y, mucho menos, dramáticas.
Tanto Gardel como Ricardo, tras muchos ensayos, hicieron lo que pudieron y salió que es el punto de partida del tango-canción que el gran cantor, años más adelante, ya más pulido y afianzado con el nuevo género, comenzaría a pasear por el mundo. (Fuente: Armando Lofiego 2015: Carlos Gardel, su arte, su tiempo y la historia).