El debut del dúo Gardel Razzano en Montevideo, consolidó el éxito que venían obteniendo en Buenos Aires. De las actuaciones montevideanas podemos resumir: La presentación para las autoridades, prensa y crítica a teatro lleno.
El gran periodista que fue Julio César Puppo, “El Hachero”, en su libro “Ese mundo del bajo”, relata que los artistas fueron recibidos apoteósicamente, y la ciudad apareció llena de carteles anunciando el debut; tanto que Gardel le dijo a Barca: “Che Barca, van a creer que soy un Caruso”.
Por esa época se estaba gestando el advenimiento de una nueva etapa en el canto, que los cantores iban sustituyendo a los payadores, y que el público, ya desde esa primera actuación, aclamaba a Gardel como un ídolo, gritando repetidamente “Cantáte otra Carlitos”. Que fue sustituyendo al “Cantáte otra Medina”, referida al payador Juan Medina, obrero gráfico del Diario “El Día”, de gran aprecio por el público. –
Por su parte, el periódico “El Tiempo”, también de la ciudad de Montevideo, el 17 de junio, anuncia el próximo debut de “dos compatriotas nuestros”. Gardel era por entonces un artista casi desconocido para el público de la capital uruguaya, carecía de documentos y en general se lo creía argentino; ¿en base a qué datos éste diario afirma que, al igual que Razzano, es uruguayo?…
Da la casualidad que el director del diario “El Tiempo”, el Dr. Domingo Mendhilarzu, estaba casado con una nieta de la madre de Carlos Escayola llamada María Antonia Netto Escayola , sobrina del Coronel y por lo tanto, prima de Gardel. Es a través de este parentesco que el director del periódico “El Tiempo” se hallaba perfectamente enterado de quien era Carlos Gardel y lo llama compatriota precisamente cuando el cantor debuta profesionalmente en Montevideo.
LA “COMPAÑÍA RÍOPLATENSE”
Mientras el dúo desarrolla sus presentaciones en el “Teatro 18 de Julio” … En la ciudad de Buenos Aires, según lo que ha publicado textualmente el periódico “La Razón” de la ciudad de Buenos Aires en su edición correspondiente al día 21 de julio de 1915…
“…Informan de Río de Janeiro, que debido a las gestiones del Dr. Andrés De Marchi y del señor Benjamín Bertoli Garay, con la cooperación del poeta brasileño Coelho Netto, el Prefecto Municipal Dr. Rivadavia Correia, ha resuelto conceder el Teatro Municipal para que en él actúe una Compañía Argentina que deberá visitar aquella ciudad y San Pablo a fines de agosto próximo” …
Santiago Fontanilla y Pascual Carcavallo (empresario y secretario respectivamente del teatro Nacional), le encargan al comediógrafo Alfredo Duhau que organice y dirija el elenco que ha de presentarse en Brasil.
Y el 12 de agosto queda constituida la embajada artística que es encabezada por los siguientes artistas que, casualmente, son cuatro matrimonios:
Ángela Tesada y Enrique Arellano, Camila y Héctor Quiroga, Matilde Rivera y Enrique De Rosas y Rosa Catá y Alberto Drames. Este conjunto, con el nombre de “Compañía Dramática Rioplatense”, se completa con Elías Alippi, Augusto Zama, Ada Cornaro, José Casamayor, Francisco Aranaz, Livia Zapa y el Dúo Gardel-Razzano.
GARDEL ES AUTORIZADO A VIAJAR
Salvo en tiempos de conmoción política, prácticamente no existían requisitos ni controles importantes para cruzar el Río de la Plata entre Buenos Aires y Montevideo. Por aquellos años, para embarcarse bastaba con declarar la identidad y el domicilio. De ahí, la facilidad con que Gardel, desde jovencito, viajaba de uno al otro lado del Plata.
Las cosas no eran tan simples para viajar a otros países vecinos. En ese caso había que tramitar el pasaporte u obtener un documento conocido como “Permiso Especial de Embarque y Cruce de Fronteras”, y la Policía Federal era la institución encargada de otorgar las mencionadas autorizaciones a todas las personas que se hallaran debidamente documentadas y sin antecedentes penales.
Esto significa que sólo ante la insistencia e influencia del empresario teatral, y bajo su responsabilidad personal, se le pudo conceder a Gardel un permiso particularmente especial para viajar que, de otra forma, no lo hubiese logrado.
Solamente después de haber solucionado este serio impedimento, el 17 de agosto de 1915, Carlos Gardel pudo embarcarse junto a José Razzano y el resto de los componentes de la embajada artística en el buque “Infanta Isabel” para actuar en Brasil. Más precisamente en las ciudades de San Pablo y Río de Janeiro.
EL ENCUENTRO CON ENRIQUE CARUSO
Durante el viaje en el “Infanta Isabel”, Carlos Gardel conoce y se relaciona con el gran tenor italiano Enrique Caruso (1873-1921) que por una simple coincidencia también viaja en el mencionado buque de regreso a Europa después de haber efectuado una exitosa temporada tanto en Buenos Aires como en Montevideo.
Durante aquella travesía, Enrique Caruso tiene la oportunidad de escuchar y apreciar la voz de Gardel, plena de muy particulares matices, y el gran tenor italiano tiene la deferencia, para con nuestros artistas, de cantarles en privado algunos fragmentos de “Ugonotti” («Los hugonotes», nombre dado a los protestantes calvinistas de Francia a partir de mediados del siglo XVI).
Muchos años más tarde, Gardel, refiriéndose a aquel casual encuentro a bordo del buque “Infanta Isabel”, comentaría los consejos que le daba y recomendaciones que le ofrecía Caruso para que el cantor se dedicara al canto lírico, rematando luego sus comentarios con una frase que siempre repetía cada vez que alguien le decía que debía dedicarse a la ópera: “¡Ma que ópera ni ópera… los mangos están en el tango!”
TEATRO MUNICIPAL DE SAN PABLO
El 25 de agosto, la embajada artística argentina actúa en el teatro Municipal de San Pablo representando “Los mirasoles” de Julio Sánchez Gardel. Al día siguiente, 26 de agosto, según relata Francisco García Jiménez en su libro “Vida de Carlos Gardel”, el diario “Estado de San Pablo” comenta, refiriéndose a los cantores: “… A funçao terminou com a parte de cantos regionaes pelos señores Gardel y Razzano, que foran forçados a bisar números de dolentes cantigas criollas, exacutadas com acompanahamento ao violao”.
El día 3 de septiembre, la Compañía Dramática Rioplatense estrena “Los muertos” de Florencio Sánchez, luego pone en escena “El tango en París” de García Velloso y, finalmente “La dote” de Alfredo Duhau.
Fotografía no conocida de una presentación del dúo en Brasil.
Debutaron con la compañía en Sao Pablo el 25 de agosto de 1915, y estuvieron trabajando en el teatro municipal de esa ciudad hasta el 14 de setiembre. Otro teatro de Sao Pablo, el Palace Theatre, les da trabajo entre el 15 y el 19 de dicho mes. Se trasladan a Rio de Janeiro, donde debutan el 29 de setiembre. Ahí trabajan aproximadamente dos semanas, también en el Teatro municipal, antes de emprender el retorno.
En abril 1935, en una entrevista concedida a la revista «Puerto Rico Ilustrado» durante su estadía en la isla, Carlos Gardel recordaba esto de su gira con Razzano al Brasil. “Fui a Uruguay. Canté en los principales teatros de la capital. De allí pasé al Brasil. Me enorgullece recordar los aplausos que me fueron prodigados en el teatro municipal de Río de Janeiro y el de San Pablo”.
Cabe acotar que Gardel responde en singular, no menciona que estas presentaciones fueron conjuntamente con Razzano.
Mientras tanto José Razzano, entrevistado solo unos meses después para «Ultima Hora» (26 junio 1935) tenía un recuerdo algo distinto…” salimos para Río con la compañía de Camila Quiroga y tuvimos que volver amargado por la indiferencia del público carioca”.
Diferencias importantes en las visiones de cada uno de los integrantes del dúo.
El Teatro Municipal de San Pablo se encuentra ubicado en el centro histórico de la ciudad y es uno de los más importantes teatros del mundo. Fue construido para albergar principalmente ópera y conciertos y, actualmente, es sede de la Orquesta Sinfónica Municipal de San Pablo y del Coro Lírico.
La idea de construir por aquel entonces un majestuoso teatro para la capital paulista surgió debido a la creciente importancia de la ciudad en el ámbito nacional, que a comienzos del siglo XX albergaba a la alta burguesía brasileña, de la cual una gran parte tenía sus negocios en las plantaciones de café, concentrando un gran número de italianos en São Paulo.
Hasta entonces, la ciudad contaba apenas con el Teatro São José, que luego de un incendio quedó totalmente inutilizado para recibir importantes espectáculos internacionales, y la elite paulistana pedía la creación y construcción de un nuevo teatro que estuviese a la altura de los mejores del mundo y fuese capaz de albergar grandes espectáculos de ópera.
Ramos de Azevedo fue el ingeniero designado para la construcción, contando también con la colaboración de los arquitectos italianos Claudio Rossi y Domiziano Rossi.
La construcción de este teatro fue iniciada en el año 1903 y San Pablo pasó así a disponer una de las mejores salas del mundo para la presentación de espectáculos, principalmente de óperas. Fuente: Armando Lofiego 2015: Carlos Gardel, su arte, su tiempo y la historia y archivo del autor.