Peñarol que perdió a Formiliano por lesión y Thiago Cardozo vio la roja en una jugada insólita, lo ganó con un gol de Trindade en la hora.
El partido comenzó con los mirasoles tratando de adueñarse de la pelota y el protagonismo, intentando mostrar un juego asociado y avanzar en bloque, ante un rival que esperaba una contra que les permitiera sorprender.
A los 10′ llegaría a la apertura tranquilizadora por intermedio de una pelota quieta. Un córner desde la derecha encontró a Formiliano solo para cabecear ante el resbalón de su defensa y Xisco en la línea, con la misma receta
desvío para dejar sin asunto a Formento y poner el 1-0 parcial.
Los albicelestes comenzaron a mandar en zona de volantes, que sumado al juego de Paiva y Tancredi, hilvanaron de forma más ordenada y colectiva. Esa insistencia tuvo su premio a los 30′ cuando el propio Leandro Paiva fue
el encargado de rematar un tiro libre tras una falta que recibió y con un gran zurdazo que dio en el palo
e ingresó, puso el justificado 1-1 en el cotejo.
En el segundo tiempo Peñarol iba, con más entrega que fútbol, impulsado por la tribuna y con pelotas al área, ahora, cada vez que lo ofendían sufría en demasía. El equipo no daba pié con bola y a los 72′ se quedó con uno menos luego que De Los Santos le diera una pelota atrás a Thiago Cardozo, este recepcionó fuera del área,
enganchó y cuando fue a patear se tropezó.
Tancredi fue a robar, y el arquero tomó la pelota con las manos, lo que le valió la roja, la salida de
Acevedo y el ingreso de Martín Correa.
A los 90′, Pellistri frotó la lámpara en su única gran acción del juego, encaró por derecha, limpió a
dos rivales, asistió a Jesús Trindade y este con un remate mordido logró vencer a Formento para el
ansiado segundo gol.