El sueño es un elemento vital para todas las criaturas vivas. Gracias a este, recuperamos energía, reiniciamos procesos y nos preparamos
para enfrentar un nuevo día. Sin embargo, en ocasiones solo dormir durante la noche no es suficiente. Es acá dónde una siesta podría traernos grandes beneficios mientras ayuda a nuestro organismo a ponerse en forma.
En este caso, para resumir un poco lo que se sabe sobre los beneficios de las siestas, podemos tomar en cuenta las declaraciones que el experto en sueño Terry Cralle dio a The Dollar Shave Club. Gracias a ellas, podemos destacar los aspectos benéficos más destacados que tiene el tomar siestas.
Según el experto, tan solo un sueño de 10 minutos ha mostrado tener efectos positivos en áreas como la «somnolencia, la fatiga y el rendimiento cognitivo». Como si fuera poco, las mejoras en estos ítems no fueron fugaces, sino que se mantuvieron por horas.
Entonces, podemos entender que las siestas no solo actúan como una ayuda en el momento, sino que pueden tener efectos duraderos durante el día. Ahora, para ser más específicos, entre algunos de los más notorios, podemos mencionar:
Aumenta nuestros niveles de energía y positividad Uno de los primeros beneficios que tomar una siesta puede traer a nuestro organismo es el aumento de su vitalidad general. En otras palabras, las siestas pueden subir los niveles de energía y hacernos más productivos.
Como resultado de esta situación, tendemos a tener emociones más positivas y a sentirnos mejor durante el día. Según Cralle, tan solo 30 minutos de
sueño pueden convertirnos en «un ser humano productivo y funcional nuevamente».
Nos aleja de la cafeína Otro de los puntos a favor de la siesta como un catalizador de beneficios para el organismo también se relaciona con sus efectos energizantes. Gracias al impulso que estas pueden darnos a lo largo del día, indirectamente podrían ayudarnos a dejar de depender de la cafeína.
Sustancias como el café o las bebidas energéticas rápidamente se han convertido en nuestra salida rápida cuando estamos cansados pero igual necesitamos rendir. Ahora, cambiar el consumo de al menos una bebida de estas al día por una siesta podría reducir nuestra ingesta diaria de cafeína y aún así aumentar nuestros niveles de energía.
Incrementa la capacidad de regular nuestras emociones Otro de los beneficios indiscutibles que tomar una siesta tiene en nuestro organismo se relaciona con nuestro humor. Como hemos mencionado, un pequeño sueño durante el día puede hacernos más positivos, pero no es solo por el aumento en el nivel energético. De hecho, las siestas también mejoran nuestra capacidad general de regular nuestras emociones. Como consecuencia, si nos enfrentamos a eventos estresantes durante el día, es menos posible que los sentimientos negativos tomen el control.
Mejora nuestra salud general
Como si fuera poco, tomar una siesta regularmente trae beneficios directos a áreas específicas de nuestro organismo. Por ejemplo, se sabe que esta puele reforzar la actividad del sistema inmunológico, además de reducir la presión arterial. De este modo, nuestro cuerpo no solo está más protegido contra
patógenos externos, sino que tiene también una mejor condición cardiovascular –lo que se traduce en una mejor salud general–. Según parece, este efecto
podría deberse a que el sueño reduce los niveles de cortisol –la hormona del estrés–. Por ende, el organismo se encuentra más calmado y apto para enfrentar amenazas que cuando se encuentra debilitado por la particular hormona.