El estrés emocional es una respuesta del ser humano ante determinadas situaciones que, por lo general, implican desafío o amenaza. En principio, se trata
de una reacción adaptativa que permite el establecimiento de acciones acordes al contexto. Sin embargo, su cronicidad puede afectar de manera negativa la salud física y mental.
La percepción de situaciones estresantes dependerá de las particularidades de cada persona y de las características del ambiente que lo rodea. En consecuencia,
las causas que lo provocan pueden variar.
¿Qué es el estrés emocional?
El estrés es una respuesta fisiológica y psíquica que se activa al percibir una situación desafiante, amenazante o con potenciales consecuencias negativas.
Esta reacción permite que el ser humano se adapte a las demandas del mundo circundante.
No obstante, si esta respuesta se prolonga en el tiempo, puede generar una sobrecarga en el organismo y comprometer la salud. Las afecciones más comunes
que derivan del estrés son los problemas cardíacos, las alteraciones en la presión arterial, la ansiedad y la depresión.
Aquí vale hacer una aclaración, ya que estrés, ansiedad y depresión no son lo mismo. Aunque se suelen confundir y se piensa que responden al mismo
origen, es muy probable que el primero dé paso a los otros dos.
Esta reacción del estrés emocional suele acompañarse de emociones como el miedo, la ira y la tristeza. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la
respuesta no solo implica emociones negativas, sino que también es posible experimentar alegría durante el transcurso de las mismas.
Un ejemplo de ello puede ser la consecución del trabajo soñado, el cual exige una gran demanda personal (bien sea de tiempo, de esfuerzo físico o mental). En
estos casos, los agentes causantes del estrés se perciben como una oportunidad o reto y es común experimentar felicidad por haber encontrado una posible
ganancia. Hay que recordar que estamos ante una respuesta adaptativa, cuya finalidad es optimizar a las personas para que cumplan con las exigencias de la vida. Esto significa que no siempre será un obstáculo. Es la idea que se esconde detrás del concepto de estrés positivo o euestrés.
UN MODELO EXPLICATIVO DEL ESTRÉS EMOCIONAL
A lo largo del tiempo, la investigación científica ha proporcionado diferentes modelos teóricos para explicar el estrés. Entre ellos, destacan las teorías psicobiológicas y funcionales. El de mayor relevancia es el que plantea una perspectiva transaccional entre la persona y su ambiente.
MODELO TRANSACCIONAL
Según este modelo, el estrés emocional es el resultado de la interacción entre el individuo y el contexto. Es decir, la persona no se reduce a un mero receptor
de estímulos, sino que sus experiencias previas, sistemas de creencias y personalidad también contribuyen a la producción de respuestas.
De esta manera, se proponen tres aspectos fundamentales que forman parte del proceso:
La percepción del sujeto sobre los agentes estresores. Las emociones que despierta dicha valoración. Las respuestas cognitivas y conductuales orientadas a hacer frente a dichos estresores.
Los autores de este modelo le dan una gran importancia a la interacción entre el individuo y el ambiente. Pues, tanto las características de la situación externa
como la constitución psíquica de la persona, determinarán en gran medida la percepción.
La valoración de una situación estresante incluye peligros potenciales, desafíos o amenazas. Y la respuesta que se tendrá ante ellas dependerá de las capacidades de la persona para afrontarlas.
CAUSAS DEL ESTRÉS EMOCIONAL
Teniendo en cuenta el modelo transaccional, se puede afirmar que los agentes estresores no son los mismos para todas las personas. Las características individuales juegan un papel importante en la percepción de situaciones estresantes.
Por lo tanto, lo que resulta estresante para uno, no necesariamente lo tiene que ser para otro. Aunque hay una serie de circunstancias que tienden a generar este tipo de respuesta en la mayoría de los individuos, entre las que destacan las siguientes:
Problemas económicos, familiares o laborales.
Exigencias académicas o profesio-nales. Conflictos interpersonales o ruptura de relaciones. Padecimiento de una enfermedad crónica.
Muerte de un ser querido. Vivencia de catástrofes. Comenzar un nuevo trabajo, iniciar los estudios en una escuela nueva o mudarse de vivienda.