Los autores de este estudio apuntaron a mirar retrospectivamente cuándo y con qué frecuencia los cirujanos operan sobre pacientes con un riesgo
extremo y cuántos de esos casos terminan en una muerte temprana.
La decisión de cuándo operar es una de las más difíciles en cirugía. Esto es especialmente desafiante cuando un paciente presenta significativas
comorbilidades, incrementando su probabilidad de un mal resultado postoperatorio y, potencialmente, de una muerte temprana. No obstante,
los datos sugieren que aún en casos en donde los pacientes están cerca del final de sus vidas, la cirugía es todavía común.
El riesgo de mortalidad es un factor que muchos cirujanos incorporan en su decisión de ofrecer una operación, pero probablemente cada cirujano
tiene su propio umbral y nivel de aversión para el riesgo.
A pesar de una variabilidad significativa, la mayoría de los cirujanos encontrará un escenario clínico, en donde sienta que la probabilidad de
mejorar exitosamente la vida de un paciente sea vastamente superada por el riesgo de una morbilidad o mortalidad significativa.
Aunque definir prospectivamente la futilidad puede ser difícil, para obtener una idea de la práctica real, los autores apuntaron a mirar retrospectivamente cuándo y cuán a menudo los cirujanos operan sobre pacientes con un riesgo extremo y con qué frecuencia esos casos terminan en una muerte temprana.
La cirugía fútil fue realizada más comúnmente en ancianos con múltiples comorbilidades, y que se presentaron in extremis.
Frente a esas limitaciones funcionales y claras comorbilidades, se debería preguntar por qué los cirujanos continúan operando frecuentemente a esa población de alto riesgo. Un determinante para el ofrecimiento de cirugía a los pacientes con riesgo extremo pueden ser los propios cirujanos.
Cuando los pacientes reciben opciones de tratamientos con alta morbilidad, que podrían dejar un deterioro funcional severo, la gran mayoría
elegiría paliación. Los autores reconocen que su definición de futilidad quirúrgica (riesgo extremo con muerte postoperatoria temprana) es
arbitraria. Su intención fue simplemente poner datos objetivos en un tópico que es extremadamente subjetivo, y no brindar una definición
categórica de la atención fútil.
Esa población en riesgo extremo tiene predeciblemente malos resultados y cerca de un tercio muere dentro de las 48 horas, sugiriendo que
los cirujanos frecuentemente efectúan una atención fútil. Se necesita un estudio adicional para comprender mejor qué es lo que conduce a esas
operaciones fútiles.
(Resumen de estudio del Dr. Rodolfo D. Altrudi (Intramed – Argentina)