Luego de esta victoria Artigas pronunció su famosa frase «Clemencia para los vencidos, curad a los heridos, respetad a los prisioneros», en referencia a las fuerzas del ejército español.
El sábado 18 de Mayo se realizó en Plaza 19 de Abril, el acto conmemorativo de la Batalla de las Piedras, acto organizado por la Comisión Patriótica de Tacuarembó.
El 18 de Mayo también se celebra el Día del Ejército y el Día del Árbol.
Por qué el Día del Ejército ?
El 18 de mayo de 1811, el Ejército Nacional nacía en los campos de Las Piedras, junto a su Jefe, el entonces Teniente Coronel de milicias don José Artigas. Eran gauchos, indios, negros, blancos, pobres y ricos…venían de todas partes, e iban a un destino de gloria, a la sombra de su conductor… Junto a él vivieron las épicas jornadas del Éxodo, que marcó el parto de la nacionalidad oriental. Junto a él vivieron las victorias y las derrotas militares que signaron su camino. Estuvieron acampados a las puertas de Tres Cruces, cuando el Caudillo exponía sus ideas de Federación, República e Independencia. Dieron seguridad a Purificación, capital de la Liga Federal, donde el Protector fue, hace exactamente 2 siglos, el faro que alumbró a toda la región. Custodiaron al Congreso de los Pueblos Libres, que en junio de 1815 declaró antes que nadie la independencia de estas tierras…
Se celebraron 208 años de la Batalla de las Piedras, al acto local concurrieron las autoridades departamentales, delegaciones de Instituciones Educativas, público en general.
La oratoria estuvo a cargo del Sub. Dir. Liceo Militar Gral. Artigas anexo Norte Tte. Coronel Alejandro Franco. Como en cada acto patriótico se hizo la entrega de flores en homenaje al prócer al pie del monumento del mismo.
Batalla de las Piedras: su historia
El combate en sí comienza hacia las 11 y media de la mañana y finaliza hacia las 16 horas. Al amanecer del 18, primer día sereno luego de 5 días de lluvia copiosa, ambas fuerzas se encuentran a unas dos leguas de distancia. Son unos 2.000 hombres en total, con fuerzas aproximadamente equilibradas, pero con espíritus muy diferentes, los patriotas saben que se están jugando una dura parada y que la derrota no es una opción, la victoria significa cercar el principal bastión enemigo en toda la región: Montevideo; la derrota, pone en peligro no solo a los patriotas en esta banda, sino, en última instancia, a la misma acción revolucionaria en el Río de la Plata.
Artigas destaca 200 hombres de caballería para atraer a los realistas fuera de su campamento en Las Piedras. A la vez apronta al resto de sus fuerzas. Al ser vista esta partida por los regentistas, determina que éstos envíen a su vez una fuerza de caballería a verificar el número de la fuerza enemiga así como su ubicación. Esta partida se aleja más de lo conveniente, siendo cargados por los patriotas, que adelantan todo el dispositivo.
Esto obliga a Posada a moverse para evitar que su caballería sea envuelta, juntando así todas sus fuerzas. La posición que ocupa entonces es desventajosa por tratarse de una contrapendiente, en la que las fuerzas enemigas aparecen casi de sorpresa por lo que Posada rápidamente ordena trasladarse a una loma dominante, en la que adoptan una formación en triángulo contando como base a su infantería y el resto en base a milicias de caballería. La artillería es intercalada entre las fuerzas colocadas en triángulo
Los patriotas avanzan desplegando a la infantería en orden de batalla para fijar a las fuerzas enemigas.
Se intercambia un intenso fuego de artillería, siendo más efectiva la española al ser mas potente por su calibre, número y por la pericia de sus artilleros, casi todos negros y pardos comandados por oficiales españoles o criollos. En el campo patriota, el mismo Artigas, recordando los hechos destacados de la batalla en su parte, mencionaba al teniente de Patricios Ignacio Prieto que en el fragor de la batalla, y para que no faltara parque, cargó sobre sus hombros una caja de balas de cañón. En este punto se produce uno de esos hechos que marcan cualquier lucha y muestra el real espíritu de quienes formaban parte del bando regentistas: la deserción y pase a los patriotas de buena parte de la caballería de Posada, lo que provoca el desánimo en el resto de sus fuerzas.
Entonces se produce el ataque de las fuerzas artiguistas, con un gran intercambio de fuego de fusil, siendo ahora más efectivo el fuego de los patriotas, que logran tomar uno de los cañones realistas y quebrar su perímetro defensivo. En este momento Artigas manda a la caballería de sus flancos a realizar el doble envolvimiento a efectos de atacar la retaguardia enemiga, a la vez que ordena a su hermano Manuel Francisco que con sus 250 hombres ejecutara un movimiento envolvente que cortase la retirada realista hacia Las Piedras.
Disminuidos en número y quebrada su moral, cunde el desorden y el desbande en las fuerzas regentistas, las que se repliegan hacia las Piedras intentando formar un último cuadro defensivo el cual es rápidamente desorganizado.
Viéndose envueltos y sin posibilidades de resistir, el jefe español decide rendirse a discreción. Luego de varias horas de dura lucha, las tropas españolas habían quedado derrotadas; y los revolucionarios americanos habían obtenido la primera gran victoria sobre los españoles. Posada izó la bandera de rendición ante Artigas, quien en un acto que resaltaba el valor del enemigo valeroso y el respeto por su honor, no recibe personalmente la espada del jefe vencido, sino que envía al sacerdote Valentín Gómez a hacerlo. Este episodio es recordado en la pintura de Juan Manuel Blanes y su hijo Juan Luis Blanes sobre esta batalla, obra lamentablemente inconclusa.
En esa batalla Artigas no expresó como tal la frase “clemencia para los vencidos” pero sí la practicó en los hechos, salvando la vida de numerosos enemigos caídos o rendidos ante sus enfervorizadas tropas
La guarnición regentista que había quedado en Las Piedras se rinde al Ayudante Mayor Eusebio Valdenegro.
Quedaron en el campo de batalla 11 patriotas muertos y 28 heridos, mientras que en el campo regentista los muertos fueron 97, los heridos 61 y 482 los prisioneros.
El camino hacia Montevideo, objetivo final de todas las operaciones, quedaba libre, y los patriotas establecerán el primer sitio a la ciudad el día 21 de mayo.