La iniciativa del Grupo de los Siete (G7) países más industrializados de poner un precio límite a las exportaciones de petróleo ruso puede generar reacciones diversas entre las naciones de América Latina, y varios analistas evalúan que el escenario es incierto.
Lucía Barrios|
Los países de la región tendrán que elegir qué aspecto prima más en esta disyuntiva: el beneficio económico que obtendrían los estados exportadores de petróleo o la inseguridad alimentaria que esta medida podría ocasionar a causa del aumento de la inflación.
El abogado colombiano y magíster en políticas públicas Jorge Iván Cuervo dijo a la Agencia Sputnik que lo más probable es que los gobiernos latinoamericanos sean «pragmáticos» y analicen sus necesidades internas a la hora de decidir su postura ante el G7.
«Los países latinoamericanos van a esperar los efectos de las medidas del G7 y terminará prevaleciendo el pragmatismo y las necesidades internas de cada país», opinó Cuervo, docente e investigador de la Universidad Externado de Colombia.
En la misma sintonía, el economista ecuatoriano Andrés Chiriboga, quien además es investigador económico y docente del Instituto de Estudios Políticos de París, dijo a la Agencia Sputnik que no se vislumbra una tendencia clara en la región.
En contraposición, el economista paraguayo Víctor Raúl Benítez González dijo a esta agencia que un aspecto importante que determinará la decisión de los países latinoamericanos es la inseguridad alimentaria y el aumento de la inflación; según sus palabras, este tema hará que la pretensión del G7 naufrague en la región.
El lunes, un funcionario de alto rango de la Casa Blanca anunció que el G7 ultima un acuerdo para poner un precio límite a las exportaciones de petróleo ruso a países fuera de EEUU, la Unión Europea y del grupo de las siete naciones más industrializadas del mundo.
Además, el G7 tiene la intención de cortar a Rusia de los mercados mundiales para limitar sus ingresos, así como de sus tecnologías y servicios claves, según una declaración conjunta hecha pública el lunes.
El grupo está integrado por Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Reino Unido, Italia y Japón.
INSEGURIDAD ALIMENTARIA
Benítez González sostuvo que la iniciativa del G7 no va a ser adaptada en Latinoamérica porque esta propuesta genera más inseguridad alimentaria e inflación.
«No creo que vaya a funcionar esta iniciativa por más que la Casa Blanca haga muchos llamados de alto rango. Ellos están trabajando haciendo consultas a los países y al sector privado. Creo que no van a recibir una respuesta favorable debido a que eso conspira contra una mitigación inflacionaria que los países latinoamericanos están buscando y contra la lucha de la inseguridad alimentaria», dijo el profesor de la Fundación Getulio Vargas de Curitiba (sur de Brasil).
La guerra de Ucrania y las sanciones de EEUU y la Unión Europea contra Rusia han provocado una crisis alimentaria que se agrava además por el alza de los precios del petróleo y sus derivados.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el problema de la escasez y el aumento de precios de los alimentos, que amenazan con desatar una hambruna mundial, podrían solucionarse si se restablecen los suministros de Rusia y Ucrania, principales productores de trigo y otros cereales en el mundo.
Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicado a principios de junio, 7,8 millones de personas están en riesgo de caer en inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe debido a la inflación y la desaceleración del crecimiento económico; esa cifra se sumaría a los 86,4 millones de personas que ya están en esta situación en la región.
POR PAÍSES
Cuervo sostuvo que la medida del G7 puede beneficiar a los países productores de petróleo en América Latina, como son Venezuela, México, Colombia y Ecuador, mientras que a los estados importadores puede significar una mala noticia.
Consideró que la decisión de los gobiernos dependerá de dos aspectos: el económico y el ideológico. «En principio, un país quiere aprovechar un mejor precio de su producto. Pero las consideraciones ideológicas también son importantes. Muchos países no quisieran tener un gesto inamistoso con Rusia, eso está claro en Venezuela, Nicaragua y Cuba», agregó.
En el caso de Ecuador, el país tiene muchos conflictos internos con las protestas encabezadas por el movimiento indígena como para que tome una decisión en este momento en cuanto a la propuesta del G7, dijo el analista.
Con respecto a Colombia, sostuvo que el presidente Iván Duque podría tomar una decisión a favor del G7, pero dijo que no tendría mucha utilidad porque el nuevo Gobierno, liderado por Gustavo Petro, asume el 7 de agosto.
«Habría que ver en el caso colombiano cómo afecta el cambio de Gobierno. Petro dijo que en el mediano y largo plazo las economías deberían dejar de depender de petróleo y del carbón, por lo que podría decir que ante la crisis, hay que ir a un escenario más exigente, empezar a reducir la dependencia de estos países al petróleo», agregó.
El 19 de junio, Petro propuso el domingo a los gobiernos de Latinoamérica a integrarse aún más para buscar nuevos modelos económicos más allá del petróleo para reencontrarse con la natural.
CASO ECUATORIANO
Por otro lado, Chiriboga recomendó que Ecuador no se sume a la iniciativa del G7.
Recordó que a pesar de que aún no hay una postura sobre este tema por parte del Gobierno de Guillermo Lasso, señaló que Quito «se ha mostrado cercano a las decisiones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y extrañamente ha pasado a formar parte del grupo de contacto de esta alianza militar».
«Esto no tiene sentido alguno ya que los intereses el Ecuador, un país no alineado, distan mucho de lo que le promulga la OTAN. Todo lo contrario, al Ecuador debería interesarle mantener buenas relaciones comerciales relaciones con Rusia, Ucrania y todos los países. Estas erráticas decisiones de política exterior son a mi parecer innecesarios desaciertos, así como otras decisiones similares que pudieran seguir con el afán de quedar bien con países miembros de la OTAN, particularmente con EEUU», agregó.
Sobre las consecuencias que tendría Ecuador al unirse a esta iniciativa, Chiriboga afirmó que no sería una «preocupación directa» para el país ya que exporta petróleo; sin embargo, el analista advirtió que este tema tendría impacto en el precio de abonos y fertilizantes, ya que el país tiene importaciones de estos productos desde Rusia.
El 11 de mayo, Lasso advirtió que varios sectores económicos de Ecuador perderán unos 1.200 millones de dólares debido a la crisis en Ucrania y las sanciones antirrusas.