Lo que está haciendo el Presidente Luis Lacalle Pou no es sencillo. Encara un tema crítico en el mundo como la pandemia del coronavirus respaldado por el accionar de prestigiosos científicos, y una base que tiene el país que nos viene desde los tiempos de don José Batlle y Ordoñez y que los últimos gobiernos habían reforzado.
Pero la otra pandemia, la de la crisis irreversible de la predominancia del modo de producción capitalista en el mundo no la encara de la misma manera, sí usufructuando la falta de respuesta programática de todo el espectro político nacional e internacional.
Ayer en la Facultad de Medicina cuando lo encaran sobre el presupuesto de la Universidad y el Hospital de Clínicas responde:
«pero este no es un problema de ahora».
La respuesta si no fuera en el marco de las restricciones a los presupuestos aludidos sería totalmente válida.
Pero hay restricciones apostando a que la actividad agropecuaria reactive el país en los años próximos. Y ello es suicida para la mayoría de la gente, salvo para una pequeña minoría asociada al sector financiero en el campo.
El desafío para el Presidente si es consciente de ello es convocar de la misma manera que se ha hecho con el covid19 a los científicos a debatir el tema.
Claro que no es fácil la izquierda está paralizada en su elaboración programá-tica, fenómeno que no es solo nuestro sino universal donde el capitalismo solo crece en aquellas regiones comandas por China y su entorno liderando el libre comercio y además siguiendo las orientaciones del Partido Comunista de
aquellas regiones que nuestra izquierda hace como que no existiera.
Es muy bueno que se reclame, que el Presidente sea receptivo, pero es necesario parar la pelota como se dice en el fútbol y buscar abrir los espacios del razonamiento colectivo.
No podernos seguir los pueblos del mundo con monedas que sean variables de ajuste en los ingresos de los trabajadores y con impuestos sobre el consumo, los sueldos y las pensiones. Además ahora haciendo economías en presupuestos que son vitales para el país.
El Uruguay no lo puede cambiar solo, como se demostró claramente durante los gobiernos progresistas, tampoco puede avanzar estatizando la economía, es necesario abrir el debate en el Uruguay y en el mundo sabiendo que en la democracia existen condiciones para hacerlo.
Una perlita más: Recordaba hace no mucho tiempo atrás, la obra de Boris Pasternak «Dr. Zhivago», luego llevada magistralmente al cine. Y el recuerdo viene a consideración por lo que ha sucedido con el Dr. Miguel Tomas, frente a la pregunta que nos formulamos y que por ahora no tiene respuesta: ¿Qué hacía este abogado en un gobierno de izquierda?
En la obra de referencia el Dr. Zhivago y Lara su compañera van en búsqueda de un salvoconducto y recurren a un militar que siempre había estado prendado por la belleza de la protagonista. Y ante la pregunta del Dr. Zhivago al ahora militar de gobierno, de porque él que había sido zarista ahora estaba con
los bolcheviques; la respuesta fue contundente: el que cambió fue el gobierno no yo.
Nos consta que no es el único caso, y que tampoco va a ser el último.
Jorge Aniceto Molinari