Una figura que deberíamos ver como un anciano mirando hacia el más allá, se ve como un hombre mayor pero joven de espíritu y modo de pensar
Vimos en el diario El Observador del día 20 de este mes, una entrevista que el periodista Juan Carzolio le hizo al ex presidente de la república Jorge Batlle, quien fue intervenido exitosamente en una delicada cirugía del corazón en la cual se le insertó una nueva válvula.
Fue operado en el Sanatorio Americano por un médico español y luego de unos días aceptó ser entrevistado por el periodista del Canal 12, en la cual se puede ver un Batlle renovado y contento, quien con su habitual buen humor y experiencia sin igual en este tipo de reuniones, se muestra tal y como hace 15 años, – o mejor aún, porque se ve como descansado -, e increíblemente su conversación, tono de voz y jocosa actitud, no da lugar a pensar que tiene, según él mismo dice en la entrevista, tiene 88 y medio años.
En la conversación, tanto su voz como el desarrollo de su diálogo obviamente improvisado en el momento y frente a las cámaras, parece ser un hombre de 15 o 20 años menos, que tiene el privilegio de vivir otros tantos como si tal cosa.
Sus expresiones, siempre interesantes, aunque conserva su manera habitual tono divertido, se puede notar su increíble lucidez, su memoria y rapidez mental a la cual todos estamos acostumbrados, pareciendo aún que está mejor intelectualmente que otras veces que lo hemos escuchado algo nervioso y confuso, probablemente en aquellos momentos sintiendo el estrés que puede afectar a quien tiene que ocuparse y atender muchas cosas a la vez, como sucede con todas las personas que ocupan un cargo con enorme responsabilidad y todo el peso de medir muy bien lo que dice.
Parece que los años y los problemas que seguramente ha tenido que enfrentar y resolver, no han afectado su memoria, razonamiento ni su inteligencia.
La verdad que nos complace y alegra que un hombre de esa edad, a quien siempre hemos admirado por su notable inteligencia y sentido común, pueda vivir aún en esa forma tan jovial y demostrar que los años y los problemas parecen no haberlo afectado.
Es una lástima que en un momento como este, cuando nuestro país está pasando por dificiles momentos en tantas áreas de su actividad y su desempeño, no pueda contar con un hombre tan inteligente. Porque cuando más problemas tenemos es cuando necesitamos que quienes ocupan altos cargos en el gobierno, tengan una lucidez e inteligencia como la suya.
Sería muy oportuno que nuestro actual presidente, nuestro ministro de economía y quienes van a dirigir y tratar de llevar el barco que constituye nuestro pequeño país, con la mayor seguridad y firmeza por las aguas borrascosas que debe enfrentar, abran bien grandes las orejas para escuchar y atender los consejos que un hombre como él podría ofrecerles.
Creemos firmemente que tanto Vázquez como Astori y la mayoria de los ministros que los acompañan, estén dispuestos a ceder sus ambiciones de poder y puedan pagar el precio político que les costará hacer las cosas bien en beneficio del país y que tengan la grandeza de ir por un camino seguro, sin pensar en opciones políticas sino en el bien de la República. Así parece ser y así debe ser, porque ellos, antes que frentistas deben pensar como orientales.
Esperamos que también la oposición deje de comportarse como tal y miren por el bien común, sin estar pensando en las elecciones como parece que hacen.