La suspensión de las clases por la emergencia sanitaria tuvo, tiene y va a tener consecuencias a nivel pedagógico. Esa afirmación está sustentada por investigaciones de expertos a nivel mundial, así como de organismos internacionales, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Pero la interrogante que intentan resolver los sistemas educativos de la mayoría de los países del mundo es cómo mitigar ese impacto negativo para
que sea el menor posible. En los últimos días el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), el economista Isaac Alfie, se mostró preocupado por las estadísticas de ingreso a algunas plataformas del Plan Ceibal, así como al riesgo de que en determinados niveles, como segundo y tercero de escuela, se ponga en riesgo la alfabetización.
“Está claro el daño que se le hace a los niños durante la primera edad. Hasta segundo o tercer año de escuela. No es sólo perder el año en algunos
casos puede ser perder toda la alfabetización que tuvieron”, señaló Alfie en diálogo con Informativo Carve.
El economista explicó que hay estudios que muestran que si los niños de primer y segundo año de escuela pierden un año escolar “tienen que
aprender a leer y escribir de vuelta”. “Esa realidad nos la marcan los estudios internacionales”, afirmó y dijo que también es algo que viene marcando el ministro de Educación, Pablo Da Silveira, y el presidente de ANEP, Robert Silva.
Según los datos que manejó el director de la OPP, el ingreso a la plataforma de matemáticas (aunque no especificó cuál de las dos) había sido de 28% de los alumnos de Primaria hasta el pasado 6 de mayo. «Hay 70% que no ingresó», señaló Alfie, aunque aclaró que el ingreso a la «plataforma general» era mayor.
Las consecuencias a nivel pedagógico que ha tenido la emergencia sanitaria y la estrategia a seguir será tema de discusión este jueves, durante una sesión ampliada del Consejo Directivo Central (Codicen). Por el momento, las autoridades no definieron cuándo ni cómo se retomarán las clases en los centros públicos y privados de las áreas urbanas y suburbanas. De esta manera, los únicos centros que retomaron las clases presenciales (aunque con menor frecuencia semanal y carga horaria) son los rurales de todo el país, a excepción de Canelones.
Pese a la alerta de Alfie, el consejero electo Pablo Caggiani señaló a El Observador que es necesario tener en cuenta otras formas de vinculación con los alumnos, además de las plataformas virtuales del Plan Ceibal.
Si se toma sólo ese dato, las estadísticas arrojan que la mitad de los alumnos no se conectan a ninguna plataforma, pero según Caggiani con los
otros métodos desplegados el universo de alumnos alcanzados asciende a 95%.
Caggiani puso como ejemplo a los niños que no tienen un dispositivo sano, además de que algunas empresas de telefonía, a excepción de Antel, descuentan del plan de datos contratado por la navegación en las páginas educativas.
Esa diferencia motivó un reclamo público del expresidente del Plan Ceibal, Miguel Brechner, quien inició una campaña de recolección de firmas con el objetivo de que no se cobre por el uso de internet en “plataformas y contenidos para la educación” cuando son usados por estudiantes y docentes.
“La solución de este problema es sencilla: requiere la colaboración entre los proveedores de contenidos educativos, las plataformas de hosting, y los proveedores de Internet”, dice el pedido de Brechner.
Caggiani precisó también que los docentes apelaron en las últimas semanas a la creatividad para mantener el vínculo con los alumnos. Esto último fue definido como prioritario por las autoridades de la educación.
De esta manera, describió casos en el interior del país en los que las maestras se comunican a través de la radio local, así como un sistema de “buzonera” mediante el cual la maestra deja tarea en la escuela y el niño la pasa a buscar, sin necesidad de entrar en contacto con el docente.
Pero también hay otros casos de comunicación por Facebook y Whatsapp. Si bien las interfaces de las plataformas educativas están diseñadas para que sean lo más intuitivas posible, prácticamente ningún padre o responsable tiene que ser instruido sobre cómo usar Whatsapp o Facebook.
“La primera necesidad fue la de jerarquizar el vínculo y preservar la infancia. Que los niños pasaran lo mejor posible la cuarentena. Después se empezó a avanzar sobre de qué manera este vínculo podía generar algún tipo de aprendizaje”, sostuvo Caggiani.
Así en vez de un ejercicio clásico de proporciones los niños pueden aprender en la cocina, siguiendo determinadas recetas, pero también otro tipo de actividades que no necesariamente requieren de la conexión a internet pero que no por ello son menos valiosas a nivel educativo.
Sin embargo, Caggiani recordó que en cualquier caso es necesario tener en cuenta el contexto familiar y la realidad de cada uno de los hogares. “No
es lo mismo una cuarentena en una familia de ‘gurises’ que pasan todo el día solos, hacinados, a la de ‘gurises’ que están acompañados y tienen
momentos definidos de ocio”, explicó.
Una de las preocupaciones fundamentales de las autoridades tiene que ver con la brecha educativa que existe entre los distintos centros educativos, según el contexto socio económico. La hipótesis más firme es que la emergencia sanitaria agravará esas diferencias.
“Estamos seguros de que esto va a tener efectos negativos sobre los aprendizajes, pero hay acciones que se están tomando para mitigar ese impacto”, señaló el consejero de Primaria. “La única buena noticia es que esto le pasó al 91% del mundo, por lo que las soluciones no van a ser sólo las que se les ocurran a
los uruguayos”, agregó