Expresión literal, tumba de variados personajes, habiendo muchos que han sabido utilizarlo, porque el mote, no se pierde.
Característica frecuente de aprovechadores. Problema que se incrementa raudamente al encaramarse en la política, para sus conocidos fines.
¡Guarda con ellos! Sus intereses, acorde al famoso término, no tienen freno. No sintiendo en su fuero íntimo que la Patria está primero, honrándola, ya que el barco es de todos.
Se experimentó e incrementó por años su existencia; determinantes de daños consumados en múltiples pilares de la nación. Por esos hábitos, ha tenido la población que pagar esas demencias, junto a la ignorancia introducida.
El país cambió, al entender que la situación es extrema, abogando por un gobierno capaz y deseoso de hacer crecer la Patria. Para tal fin convocó a aquellos que aceptaron el reto de remangarse, bajándose de cómodos lugares, para enfrentar la tarea de rescatar la Patria, sin dejar duda.
Ahora, para abajo, en el escalafón social y cultural y sobre todo de quienes tienen que cumplir, considerados como los mandos medios y otros actores ¿se entendió el mensaje? ¿Se cumple la palabra empeñada del deber de desarrollar las propuestas ideadas para el progreso?
¿Hay conciencia sobre la tarea a cumplir, siendo funcionarios de algo que pertenece a todos? El objetivo es salir adelante juntos para ocupar el Uruguay el sitial que merece en el contexto mundial, dependiendo de una cadena de mandos para hacer funcionar la maquinaria estatal, así como toda otra acción más allá de la misma.
Es una labor de todos. De no serlo, es difícil cumplir los planes trazados, evitando naufragar en vanas promesas. No es concebible ni aceptable el acomodo y el clientelismo, junto con la viveza, que se pagan caro.
Por tanto, cumplir lo encomendado y atentos a que es el progreso y no la viveza criolla la que va a ayudar. Hay que desnudar a estos vivos que rehúsan sacar el país adelante. Con ahínco en el cumplimiento de la palabra empeñada, contribuyendo al crecimiento nacional, defendiendo a la nación.
Carlos Sarroca Solé