Más de 130 ministros y viceministros de Cultura participaron en una reunión online convocada por la UNESCO con el fin de discutir acciones dirigidas a impulsar el sector cultural, que se enfrenta a una conmoción sin precedentes debido a la pandemia de COVID19. Los ministros pusieron de manifiesto el impacto directo de la crisis actual en el turismo, los museos, la producción cultural y los artistas, así como las medidas que han tomado para mitigarlo. De igual manera, reafirmaron su compromiso con el diálogo intergubernamental y la solidaridad internacional para aunar y fortalecer sus esfuerzos Necesitamos la cultura, por lo que debemos ayudarla a arrostrar esta conmoción. Tenemos que evaluar el impacto de la crisis, iniciar una reflexión conjunta y llevar a cabo iniciativas coordinadas. La UNESCO tiene la plena intención de desempeñar su papel en este proceso, conforme a su mandato.
Al abrir el debate, la Directora-General de la UNESCO, Audrey Azoulay, recordó a los participantes que «Necesitamos la cultura, por lo que debemos ayudarla a hacer frente a esta conmoción. Tenemos que evaluar el
impacto de la crisis, iniciar una reflexión conjunta y llevar a cabo iniciativas coordinadas. La UNESCO tiene la plena intención de desempeñar su papel en este proceso, conforme a su mandato».
Los ministros destacaron los beneficios sociales y económicos del sector cultural en sus respectivos países y acordaron la urgente necesidad de invertir en el sector durante y después de la crisis. Las restricciones de movilidad y las medidas de contención que los gobiernos se han visto obligados a adoptar durante la
pandemia han frenado drásticamente el acceso a la cultura a corto plazo y, si no se toman medidas, podrían debilitar el ecosistema cultural de manera permanente.
El efecto dominó de la COVID19 en la cultura La gran mayoría de los países confirmó el cierre de sus sitios de Patrimonio Mundial y de sus instituciones culturales y advirtió del efecto dominó que está ocasionando. En efecto, hasta la fecha, el 90% de los países han prohibido el acceso completo o parcial a sus sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO y 128 países han cerrado sus instituciones culturales. Se han cancelado además festivales tradicionales y una amplia gama de eventos, con gran repercusión sobre la vida cultural de las comunidades y los
ingresos de los profesionales creativos, cuyo trabajo suele ser estacional.
Los ministros señalaron repetidamente que los artistas y los profesionales creativos han estado entre los más afectados en esta crisis debido a la fragilidad del sector, y a que muchos de ellos trabajan como autónomos,
en pequeñas y medianas empresas y, en algunos casos, en la economía sumergida. Durante la reunión, un gran número de ministros resaltó que el colapso de la vida cultural y de la producción estaba teniendo un grave
impacto en el sector turístico, que, en algunos países, corresponde a más de la mitad de la actividad económica. Las cifras recientes proporcionadas por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo muestran que 75 millones
de empleos en el sector turístico están amenazados.
La cultura es una parte vital de la solución De forma consecutiva, los ministros rindieron homenaje a sus artistas nacionales y a todos los trabajadores del sector cultural, incluidos los gestores de sitios de patrimonio, por su talento y su importante función de garantizar el acceso a la cultura en estos tiempos de confinamiento, así
como por su compromiso de concienciar sobre la pandemia a través de sus actividades. Las plataformas digitales han permitido garantizar el acceso a la cultura en muchas partes del mundo, incluso a través de museos, galerías y bibliotecas virtuales. Innumerables músicos, bailarines, artistas visuales y escritores han dispuesto sus obras al alcance del público de manera digital. Muchas de estas iniciativas han asegurado la continuación de la educación artística. Sin embargo, la cultura no se ha difundido solamente a través de las plataformas digitales, puesto que muchas partes del mundo no gozan de la infraestructura necesaria. Por ello, las colaboraciones con cadenas
de televisión, radios y prensa han sido clave para garantizar que las personas puedan sentirse vinculadas a través de la cultura como fuente de apoyo, bienestar y unión en este momento tan traumático.
Reconociendo que el sector cultural es uno de los primeros sectores afectados por esta crisis y, a menudo, el último en recibir apoyo financiero, muchos ministros presentaron los paquetes de financiación de emergencia que han implementado en sus países para proteger el medio de vida de artistas, artesanos y profesionales creativos a corto plazo. Estos incluyen la comisión de nuevas obras, generalmente adaptadas a la nueva realidad del entorno digital, que proporcionen un ingreso continuo para los artistas y garanticen un acceso continuo a la cultura para la sociedad.
A pesar de que cada país se encuentra en una etapa diferente de la pandemia de COVID-19, muchos ya han comenzado a realizar evaluaciones de impacto, no solo para gestionar los efectos a corto plazo sino también para elaborar estrategias a largo plazo. La expansión de las tecnologías digitales será un elemento importante de la estrategia para un gran número de gobiernos. Los Emiratos Árabes Unidos señalaron que «debemos iniciar las discusiones sobre una economía cultural digital global y elaborar un plan de apoyo para la cultura que no pueda ser fácilmente trasladada al ámbito digital». No obstante, como recalcaron muchos ministros, la cultura no deja de ser una experiencia colectiva de nuestra humanidad y será importante recuperar el contacto humano cuando sea seguro hacerlo.
Construir una amplia coalición para apoyar el ecosistema cultural El éxito de participación en la reunión subrayó la necesidad de solidaridad internacional en este momento, la cual fue reiterada por los Ministros. China, el primer país afectado por la COVID-19, declaró que «la cultura puede y debe unirnos, impulsar el compromiso internacional y restaurar la esperanza y la confianza». Varios Estados miembros solicitaron una plataforma de diálogo reforzada para compartir buenas prácticas entre los estados, mientras que otros destacaron la necesidad de adoptar mecanismos financieros internacionales para apoyar a los países con menos capacidad para reforzar sus sectores culturales. El refuerzo de los instrumentos normativos de la UNESCO también fue mencionado como objetivo a largo plazo, dado que la crisis ha puesto de relieve la importancia de la cultura para la sociedad, así como su vulnerabilidad. Tal como lo expresó la República Checa, «la cultura es una parte esencial de
la sociedad, no un lujo».
Muchos ministros recalcaron que el impacto de la crisis en el sector cultural no debe subestimarse y que el mundo será muy distinto cuando se levanten estas excepcionales medidas. Suecia imploró a otros ministros a que se «unan a [sus] esfuerzos por defender sociedades abiertas y democráticas donde los creadores puedan trabajar en condiciones libres, justas y seguras y donde se proteja y promueva la libertad artística». En esta misma línea, muchos países manifestaron que a largo plazo deberemos adaptarnos a una «nueva normalidad», y algunos como Malí plantearon esta crisis como «una oportunidad para desarrollar una reflexión global y estratégica sobre la cultura». En resumen, «la cultura siempre nos ha salvado en el pasado y esta vez no será diferente», así lo expresó México.
Para concluir las discusiones, el Subdirector General de Cultura, Ernesto Ottone R., recordó que «no puede haber un futuro sin cultura». «Esta reunión ha demostrado su gran compromiso y la UNESCO continuará apoyándoles. No podemos revertir el progreso observado en los últimos años en el sector cultural. A través de la cultura construiremos una resiliencia colectiva y será también la cultura la que nos volverá a unir», terminó diciendo
el Subdirector General. (Unesco)