Los avances en la ciencia médica se producen a pasos agigantados y la consecuencia es que la esperanza media de vida en los países desarrollados no para de aumentar. Pero este número, cada vez mayor, de personas que disfrutan de una alta calidad de vida hasta bien entrados en los 80 e incluso los 90 años, ha provocado un aumento exponencial de ciertas patologías.
En concreto, los episodios de Ictus en ancianos son una afección de lo más frecuente en los centros sanitarios de nuestro país.
Veamos cuáles son los factores de riesgo de ictus en las personas de edad y qué está en nuestras manos hacer para rebajar el riesgo de que sufran un accidente cerebrovascular (ACV).
La edad, un factor de riesgo que no podemos controlar
Aunque parezca una verdad de Perogrullo, lo cierto es que las estadísticas médicas revelan que la edad es, con mucho, el factor de riesgo más importante a la hora de sufrir un ictus.
Tanto para hombres como para mujeres, la tasa de ictus se multiplica por dos en cada década que una persona vive después de cumplir los 55 años.
De la misma forma, la prevalencia de los ACV es superior en los hombres que en las mujeres. A cambio, ellas tienen más probabilidades de que el incidente tenga consecuencias fatales.
Sin embargo, muchos médicos opinan que la mayor prevalencia en hombres es causada, no por el sexo, sino porque estos son más propensos a los hábitos de vida poco saludables.
En cualquier caso, es evidente que contra el paso de los años no podemos luchar, pero existen otros factores de riesgo que sí podemos minimizar.
Otros factores que aumentan el riesgo de ictus en ancianos
Los factores que aumentan en los ancianos el riesgo de sufrir un ACV no difieren de los establecidos para las personas más jóvenes:Obesidad; Diabetes; Colesterol alto; Trastornos cardíacos; Aterosclerosis; Problemas de circulación; Consumo de alcohol y tabaco; Inactividad física.
Y la buena noticia es que los estudios han demostrado que el control de estos factores reduce significativamente el riesgo de ictus, sea cual sea la edad del individuo.
Consejos de prevención del ictus en ancianos
Veamos de qué tenemos que estar pendientes a la hora de prevenir los ACV en las personas de edad avanzada, especialmente si ya tienen algún problema de movilidad o dependencia:
Controlar a diario su presión arterial y el ritmo cardíaco: ante cualquier alteración, acudir al médico de inmediato.
Alimentación pautada según las necesidades particulares del anciano: esta influye en la tensión arterial y en el control del colesterol, dos de los factores de riesgo del ictus.
Procurar que el anciano tenga cierta actividad física diaria, aunque sea mínima: la inactividad total favorece la aparición de trastornos de circulación.
Aunque es difícil hacer que un anciano fumador abandone el hábito, lo que sí podemos es que limite el consumo de tabaco.
Por último, no debemos olvidarnos de la prevención medicamentosa, siempre bajo control médico, que demuestra una altísima efectividad y unos efectos secundarios asumibles.
De hecho, una de las causas efectivas del aumento de la esperanza de vida en las sociedades avanzadas es, precisamente, la administración de medicamentos anticoagulantes en las personas que ya han sufrido algún ictus o episodio isquémico.
Noticiasdelaciencia.com