Nunca es muy temprano para cuidar tu rostro de los signos del envejecimiento.
«Juventud, divino tesoro. Ya te vas para no volver». Cuando estás en los 20, la vida tiene muchos cambios. Tu agenda se mueve con elecciones de carrera, trabajo, pareja y amigos. Fiestas, reuniones, clases. Alcohol, comida, cigarrillo. Con estos giros, cada órgano de tu cuerpo se ve afectado, incluida tu piel, por eso no hay que esperar a ser mayor para darle atención a tu rostro.
Dale un empujón a tus años gloriosos. Aunque tengas granos, arrugas y manchas, tu piel está en su mejor momento. Es normal presentar cambios hormonales, de peso, estrés, los cuales se reflejan en la piel. Le sucede a tu piel está predispuesto, en su mayoría, por la genética. Pero no le dejes todo el trabajo a tu colágeno y a los genes.
Según has podido notar en tu día a día, el cuidado de nuestra piel se puede dividir en cuatro aspectos: limpieza, cuidados, productos y tratamientos. La dermatóloga Lorena Prada nos recomienda seguir los siguientes consejos:
Más limpieza, menos poros tapados
Desmaquíllate, sí o sí. La contaminación y las partículas que recibimos durante el día recaen en nuestra piel; a esto súmale el maquillaje, el cual «no solo deja la polución adherida a la piel, sino que causa taponamiento folicular y favorece la aparición de espinillas». Este proceso es más importante en la noche.
Después de retirar con agua micelar, hay que lavar la cara. Este es el único escenario en el que recomienda la doble limpieza, cuando hay maquillaje.
Aunque escuchamos sobre la exfoliación, no siempre es necesario ni saludable. Para las pieles sensibles y con alergia, no es recomendable. Para pieles grasas y con acné, está bien 1 o 2 veces a la semana. La experta recomienda mejor las limpiezas faciales con profesionales en caso de tener espinillas.
Cuidados básicos para una piel radiante
El bloqueador es obligatorio. O, mejor llamado, fotoprotector (aplícalo cada tres horas) que ayude contra luz solar (UV-A y UV-B) y otros espectros de luz (azul, visible, IR). Pero, no es suficiente. Busca siempre la sombra y evita exponerte directamente a las luces. Para ello, utiliza sombrero, sombrilla y ropa cubierta.
Entre menos químicos, mejor. Para una rutina básica se recomienda tener un limpiador, antioxidante en la mañana (Vitamina C, Niacinamida, Vitamina B3, etc), fotoprotector y un reparador como el ácido hialurónico.
Según enfermedades y condiciones especiales de tu piel, habrá pasos más o pasos menos. Recuerda siempre consultar primero a un experto, sale más barato que automedicarte con productos que pueden generar irritaciones y acné.