¿DONDE HAY UNA VERDADERA DEMOCRACIA?
Si votar se confunde con democracia, basta tener presente que en Cuba también el pueblo vota, para entender que ese requisito no es suficiente para avalar la posibilidad de disfrutar de los derechos que esta forma de vida conlleva.
Ya quedaron atrás las luces de Broadway que vinieron de la mano de las exportaciones y de la suerte.
Otra vez la crisis asoma en el horizonte. Una recurrente crisis económica producto del despilfarro, la corrupción y la mala gestión, sumada a una muy preocupante ruptura social.
El Estado, ese patrimonio de todos, ha sido saqueado a más no poder.
Los recursos públicos han terminado siendo manejados de la forma más personal, autoritaria y carente del más elemental control.
En el mundo de la ficción que el actual gobierno hace de la situación del país, donde todo parece ser una maravilla, aún en 2018 se seguirá manejando el erario como “emergencia económica”; es decir que el presidente seguirá haciendo lo que quiere con los dineros de todos los uruguayos.
La inseguridad galopa, el narcotráfico acecha y se acrecienta, las fuerzas de seguridad y las armadas están desprovistas de lo básico.
El autoabastecimiento pasó a ser una fotografía en blanco y negro, con rasgos amarillentos, fruto del transcurso del tiempo. La autoridad y el orden social se hicieron trizas.
El modelo no resultó otra cosa que una adaptación libre del viejo eslogan de las revista faranduleras “el poder y el dinero juntos”.
Un Estado eficiente es aquel que -con el dinero y el esfuerzo de todos- hace obras para el bien de la comunidad. Desde los caminos y trenes hasta la prestación de una buena educación, prestaciones de salud y efectiva seguridad para todos los gobernados.
“El ser humano se acostumbra a todo porque se insensibiliza o se acostumbra”.
Vale decir que el hombre se endurece, se encallece frente a la adversidad. Evita verla, se vuelve miope. Se sorprende y rebela cuando aparece algo nuevo que violenta sus códigos éticos y morales o cuando el golpe es demasiado insoportable; pero luego, lo convierte en algo más de la escenografía diaria. Así fueron los primeros actos de corrupción que hoy son casi cosas normales.
Así fue la aparición de los carritos de hurgadores de los que todo el mundo hablaba y hoy son parte del paisaje cotidiano.
Así nos acostumbramos a la mugre de la ciudad, que ya es parte paisajista de Montevideo.
Así sucedió con la ocupación de los liceos y colegios; y hoy conviven con la sociedad que sabe, que al menos una veintena de veces al año, éstos estarán presentes. Así aconteció con la corrupción; hasta justificarla con el «nos hacemos responsables».
El listado de los ejemplos en cualquier caso sería enunciativo; siempre habría muchos más para agregarle. Es cierto. Tan cierto que la decadencia ya forma parte del Uruguay, sin pedir permiso para entrar.
Mientras tanto cada uno de nosotros trabaja para mantener un sistema y un equipo de gobierno que solo concreta acciones perversas. Y esto cansa, enoja y desespera…
Jorge Azar Gómez
Ex representante de Uruguay ante ONU
N. de R. – . Hasta que no se aguanta más, y puede suceder lo que nadie quiere que se repita…
¿DONDE HAY UNA VERDADERA DEMOCRACIA?
Votar no es lo mismo que democracia
Si votar se confunde con democracia, basta tener presente que en Cuba también el pueblo vota, para entender que ese requisito no es suficiente para avalar la posibilidad de disfrutar de los derechos que esta forma de vida conlleva.
Ya quedaron atrás las luces de Broadway que vinieron de la mano de las exportaciones y de la suerte.
Otra vez la crisis asoma en el horizonte. Una recurrente crisis económica producto del despilfarro, la corrupción y la mala gestión, sumada a una muy preocupante ruptura social.
El Estado, ese patrimonio de todos, ha sido saqueado a más no poder.
Los recursos públicos han terminado siendo manejados de la forma más personal, autoritaria y carente del más elemental control.
En el mundo de la ficción que el actual gobierno hace de la situación del país, donde todo parece ser una maravilla, aún en 2018 se seguirá manejando el erario como “emergencia económica”; es decir que el presidente seguirá haciendo lo que quiere con los dineros de todos los uruguayos.
La inseguridad galopa, el narcotráfico acecha y se acrecienta, las fuerzas de seguridad y las armadas están desprovistas de lo básico.
El autoabastecimiento pasó a ser una fotografía en blanco y negro, con rasgos amarillentos, fruto del transcurso del tiempo. La autoridad y el orden social se hicieron trizas.
El modelo no resultó otra cosa que una adaptación libre del viejo eslogan de las revista faranduleras “el poder y el dinero juntos”.
Un Estado eficiente es aquel que -con el dinero y el esfuerzo de todos- hace obras para el bien de la comunidad. Desde los caminos y trenes hasta la prestación de una buena educación, prestaciones de salud y efectiva seguridad para todos los gobernados.
“El ser humano se acostumbra a todo porque se insensibiliza o se acostumbra”.
Vale decir que el hombre se endurece, se encallece frente a la adversidad. Evita verla, se vuelve miope. Se sorprende y rebela cuando aparece algo nuevo que violenta sus códigos éticos y morales o cuando el golpe es demasiado insoportable; pero luego, lo convierte en algo más de la escenografía diaria. Así fueron los primeros actos de corrupción que hoy son casi cosas normales.
Así fue la aparición de los carritos de hurgadores de los que todo el mundo hablaba y hoy son parte del paisaje cotidiano.
Así nos acostumbramos a la mugre de la ciudad, que ya es parte paisajista de Montevideo
Así sucedió con la ocupación de los liceos y colegios; y hoy conviven con la sociedad que sabe, que al menos una veintena de veces al año, éstos estarán presentes. Así aconteció con la corrupción; hasta justificarla con el «nos hacemos responsables».
El listado de los ejemplos en cualquier caso sería enunciativo; siempre habría muchos más para agregarle. Es cierto. Tan cierto que la decadencia ya forma parte del Uruguay, sin pedir permiso para entrar.
Mientras tanto cada uno de nosotros trabaja para mantener un sistema y un equipo de gobierno que solo concreta acciones perversas. Y esto cansa, enoja y desespera…
Jorge Azar Gómez
Ex representante de Uruguay ante ONU
N. de R. – . Hasta que no se aguanta más, y puede suceder lo que nadie quiere que se repita…
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