Lidiar Hernández vive en Uruguay y participó de diferentes actividades y manifestaciones contrarias al régimen cubano.
El cubano residente en Uruguay, Lidier Hernández, emprendió una cruzada familiar en su país y lleva cuatro meses retenido en Cuba, de donde las autoridades le prohíben salir pese a no haber cometido ningún delito.
Hernández, de 34 años, ha participado en Uruguay en actividades y manifestaciones contrarias al Gobierno cubano y su caso pasó al terreno político.
«Al ciudadano cubano residente en Uruguay, Lidier Hernández, no se le permitió abordar el vuelo de Copa en La Habana y regresar a Uruguay a reunirse con su esposa.
Uruguay ha manifestado su preocupación a las autoridades cubanas y trabaja intensamente para posibilitar su regreso», escribió Talvi el lunes en Twitter.
Lidier Hernández vivía desde octubre de 2016 en Montevideo, se casó en Uruguay y trabajaba como informático en la empresa IBM. En enero de este año decidió pasar unas semanas de vacaciones en su país natal para después volver a Uruguay.
«Vine a Cuba en enero para ver a mi familia, y en febrero cuando iba a regresar a Uruguay me dijeron que no puedo salir del país», porque está «regulado», término con el que se denomina a los cubanos a quienes el Gobierno impone una orden de retención que les prohíbe viajar al extranjero.
Hernández asegura haber sido incluido en la lista negra de «regulados» por haber participado, junto a otros activistas, en tres manifestaciones frente a la Embajada de Cuba en Montevideo en las que pidió «libertad para los presos políticos y respeto a los derechos humanos».
Mientras permanecía retenido en Cuba, llegó la crisis sanitaria del coronavirus y la isla cerró del todo sus fronteras.
Tras cuatro meses de gestiones, y con la ayuda del Ministerio de Exteriores uruguayo, fue incluido en un «vuelo humanitario» con dos escalas que le habría permitido regresar a Montevideo el pasado sábado. Los servicios de inmigración cubanos también le confirmaron por teléfono un día antes que podría volar.
Sin embargo, afirma, los funcionarios de inmigración del aeropuerto José Martí de La Habana le impidieron acceder a la zona de embarque sin ofrecer más explicaciones. Hernández, que perdió su trabajo y lleva cuatro meses sin ver a su esposa por estar retenido en Cuba, ha interpuesto una demanda contra el Gobierno en los tribunales cubanos, ya que no existen cargos en su contra que justifiquen su retención en el país.
Para presionar a las autoridades también ha publicado en redes sociales material sobre el caso -entre ellos un vídeo desde el aeropuerto tras serle denegada la salida y la conversación telefónica con inmigración- , con lo que ha recibido apoyos desde diversos sectores.
Aunque estos días Cuba impone restricciones a los viajes al exterior por la pandemia de coronavirus, los cubanos que residen en terceros países y que por algún motivo se encontraban en la isla no han tenido problemas para abordar los escasos vuelos al exterior que se han fletado en los últimos dos meses.
En los últimos meses se han incrementado los casos de opositores, activistas y periodistas independientes que cuando van a viajar al extranjero se enteran en el mismo aeropuerto de que han sido «regulados» y no pueden salir de Cuba, en la mayoría de los casos, aseguran, sin explicaciones ni tener constancia de cuentas legales pendientes.
Las autoridades cubanas no se pronuncian sobre este asunto, mientras los opositores lo interpretan como una técnica de presión para acallar a las voces críticas con el Gobierno.
EFE