En abril de 2003, el gobierno argentino a cuyo frente estaba el presidente Eduardo Duhalde, intentó apoderarse de la denominación de origen del dulce de leche, el asado y las empanadas, declarando estos productos como Patrimonio de la Cultura Gastronómica Argentina, con la intención de quedarse con la denominación de origen del producto. No pudo hacerlo por la férrea oposición de Uruguay con su delegado Raúl Vallarino
El 11 de octubre es el Día Internacional del Dulce de Leche, ese clásico manjar que muchos pretenden ser sus descubridores y que a lo largo de la historia ha generado controversias entre países.
En Rusia llaman al dulce de leche “varione sgushonka” y aseguran que no es un invento de Uruguay o Argentina y aseveran que lo fabricaban
los tártaros, en épocas de Marco Polo. En Chile se le conoce como “manjar”, “manjar blanco” en Perú, “queso de urrao” en Bolivia, “dulce de cajeta” en México,
“fanguito” en Cuba, “bienmesabe” en Panamá y “arequipe” en Colombia, Venezuela y Guatemala.
Pero el predominio del dulce de leche es sin dudas de Uruguay y Argentina, que hace unos años se vieron enfrentados por la utilización del nombre.
Según cuenta el portal Infobae de Argentina, “En 2003 hubo un intento de nuestro país para que la Organización Mundial de Comercio declarase al dulce de leche, el asado y las empanadas patrimonio cultural del país. Los uruguayos pusieron el grito en el cielo y enseguida comenzaron los idas y vueltas de la diplomacia entre ambos países. Del otro lado del charco hasta amenazaron con incluir la leyenda “Producto uruguayo como La Cumparsita”
en la etiqueta de los productos elaborados en ese país. Y recordaron que Cayetano Silva, autor de la “Marcha San Lorenzo” había nacido en
Maldonado. La solución salomónica fue la de declarar esta delicia “Patrimonio Cultural del Río de la Plata” y se evitó que pasara a mayores”.
Como fue la guerra del dulce de leche entre Uruguay y Argentina El 11 de octubre se celebró el Día Internacional del Dulce de Leche y volvieron a aparecer las historias sin verificación sobre su procedencia. La única verdad es la que está en los papeles firmados por los gobiernos de Uruguay y Argentina y
son parte de la llamada “Guerra del dulce de leche que protagonizaron ambos países en la actualidad.
El Centro Argentino de Promoción del Dulce de Leche y Afines determinó – por su cuenta- que el 11 de octubre se declare el Día Mundial del Dulce de
Leche.
Por más que existen distintas teorías que indican varias presuntas procedencias del histórico manjar, fuera de Argentina, este país lo tiene como
uno de los productos con altos índices de exportación, como también lo tiene Uruguay. “La guerra del dulce de leche” es el nombre con el
cual se definió en 2003, el enfrentamiento entre Uruguay y Argentina, cuando este país, a través de la Secretaría de Cultura de la
Nación, quiso declarar al dulce de leche, el asado y las empanadas, como bienes del patrimonio cultural gastronómico argentino, en detrimento del vecino rioplatense.
Sobre la declaración unilateral de Argentina, el gobierno de Uruguay, interpuso una acción sobre el dulce de leche, ya que las intenciones argentinas
eran quedarse con la denominación de origen del producto.
(…) Fue consultado el Instituto Nacional de Apelación y Denominación de Origen francés, que en primera instancia dio razón al reclamo de Uruguay. Francia factura 20 mil millones de euros por sus productos de denominación origen. Técnicos franceses viajaron inmediatamente a Montevideo y Buenos Aires. Se reunieron con el agregado agrícola francés en la Argentina, con funcionarios de la embajada uruguaya en la capital porteña y con funcionarios argentinos. “El tema es difícil y candente, pero nuestro consejo es que trabajen ambos países internamente, para ajustar algunos detalles. Primero hay ver intereses en común y las oportunidades que pueden surgir para uruguayos y argentinos unidos, y las que se perderán por separado”, fue el ponderado consejo de
los expertos europeos. Paralelamente, Bolivia, Brasil, Chile y Paraguay, se unían a la posición uruguaya y proponían un frente común para “frenar
la intención argentina de apropiarse de bienes culturales de la región”.
(…) El viernes 25 de abril de 2003 se dio por finalizado el diferendo. El Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay y la Secretaria de Cultura de la
República Argentina, se pusieron de acuerdo, para registrar ante la UNESCO y la OMC (Organización Mundial de Comercio), al dulce de leche, el asado y
las empanadas, como patrimonio cultural alimentario y gastronómico de ambos países.
La misión negociadora uruguaya, encabezada por Raúl Vallarino, se reunió con Miguel Ángel Mojo, Rubén Stella y Teresa de Anchorena, directores de
la Secretaría de Cultura de la República Argentina.
Allí se presentaron documentos y argumentaciones de las partes y se atendió la opinión de técnicos de los países del Mercosur y sus asociados regionales.
Los argentinos manifestaron, explícitamente que no era su interés crear tensión entre los vecinos del Plata y negaron la intención de apropiarse de los
tres productos, ni de declararlos patrimonio propio.
Los negociadores acordaron que ambos países promoverían conjuntamente su patrimonio común ante la OMC, e invitaron a Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile, a negociar mecanismos de identificación y reconocimiento de bienes de la cultura regional. Se enviaron notas del acuerdo a la Secretaría Pro Témpore del
Mercosur, con sede en Asunción, para se incluyera en la agenda de la 16° reunión de Ministros de Cultura de la región.
Al finalizar la reunión, los argentinos pidieron protocolares disculpas por el “malentendido”, a lo que el delegado uruguayo respondió abriendo un frasco de un kilo de dulce de leche fabricado en Uruguay que tenía discretamente guardado en su portafolio. Lo compartieron a la uruguaya. Testigos irreprochables cuentan que Mojo, Stella y de Anchorena, aceptaron gustosos la invitación de Vallarino. Cuchara en mano, se sirvieron directamente del recipiente de vidrio. Fue
degustado así, el dulce de leche de la paz.
Extracto de ICN diario