Un 3 de julio pero del año 1927 sucedió el antes y después en los derechos de la mujer en el Uruguay y en América Latina.
En esa fecha y en la localidad de Cerro Chato, en oportunidad de realizarse un plebiscito que determinaba a qué departamento terminaría perteneciendo la localidad, votó por primera vez una mujer en nuestro país.
Tenía 90 años por entonces, fue la primera, no solo en Uruguay en sufragar sino en Latinoamérica, se llamaba Rita Ribeiro y era una inmigrante brasileña de color.
El derecho al sufragio femenino ya se había determinado en la Ley 8.927 del año 1932; sobrevino luego el golpe de Estado de Terra y las mujeres votaron por primera vez en una elección nacional en el año 1938.
El 11 de setiembre del año 1946 se aprobó la Ley 10.783 que declaró la igualdad de los derechos entre el hombre y la mujer. Antes de aprobarse la mencionada norma las mujeres no podían siquiera tener bienes a su nombre. Si hablamos de la mujer en política, entonces los antecedentes se remontan a febrero de
1943, cuando ingresó al Senado Sofía Álvarez Demicheli y Julia Arévalo, junto a Magdalena Antonelli Moreno a la Cámara de Diputados.
Creemos necesario y pertinente hacer historia, recordar fechas que nos permitan reflexionar acerca del lugar que ha tenido la mujer en la evolución de la sociedad uruguaya haciéndola más justa, reconociendo al mal llamado «sexo débil» los derechos que trae consigo en tanto ser humano. Tengo lo que es
para mí un inmenso honor, motivo de gran orgullo personal, para muchos puede que no signifique demasiado, en el interior de esta mujer que ahora
les habla, es uno de los hechos más relevantes en mi vida.
Fui la primera y única mujer que ostentó el cargo de Presidente de la Junta Local Autónoma.
Fueron muchos los desafíos que debimos enfrentar, muchas las barreras que tuvimos que derribar, muros culturales que aún permanecían y no reconocían la capacidad de la mujer en el más amplio sentido de la expresión, la cual trasciende por supuesto, el simple hecho de procrear, ser sostén del hogar pero a la sombra del hombre. Han pasado 93 años de aquel primer hecho que cambiaría para siempre la historia en nuestro país.
Con su permiso, me permito homenajear a la primera mujer que votó, a las primeras mujeresque nos representaron en el Parlamento Nacional; me permito recordar con nostalgia y con orgullo aquellos años en los que ocupé un lugar muy importante a cargo de la Junta Local, servir a mis vecinos, a toda la gente
que por entonces confió en nuestra gestión, a los que aún hoy nos recuerdan en las calles de nuestro pueblo lo que pudimos hacer, y fue mucho lo que
quedó pendiente, porque siempre hay más para hacer. En lo que me es personal, como mujer política, esposa, madre, continuaré trabajando de manera incansable y denodada para que las mujeres tengan la chance de hacer valer su capacidad, su tenacidad y fundamentalmente debemos seguir observando con
celo que se respeten todos y cada uno de sus derechos.