Tacuarembó F. C. – Finalmente una de las figuras que tuvo Tacuarembó FC en el torneo pasado, Esteban González, no renovará su contrato con la entidad roja y blanca, pues partió para Cerro Largo, transformándose en una de las altas de la entidad arachana.
Escribe: Álvaro Gil
González el pasado domingo culminó su vínculo con Tacuarembó, habiendo dejado de entrenar junto a Luís Ney Pintado, quien jugará el torneo de la primera división local, defendiendo a Wanderers.
La partida del futbolista duraznense acrecienta las posibilidades para que retorne al club Guillermo Dutra, dado que el ex jugador de Rampla quedó libre en el equipo pica piedra, encontrándose en los entrenamientos del conjunto tacuaremboense, teniendo ganas de regresar a su ciudad natal.
Cabe destacar también que el elenco norteño es el único equipo participante del próximo torneo uruguayo especial del ascenso que aún no tiene definido el cuerpo técnico, ya que el otro club que estaba sin entrenador, Oriental, no participará de este campeonato. Recordemos que para las instituciones de la segunda división no es obligatorio jugar el próximo certamen, pero si los distintos dirigentes deben abonar las deudas salarias que mantienen con técnicos y jugadores antes del inicio del torneo, pues de lo contrario la institución no podrá participar en la temporada 2017.
Por estos días el plantel de Tacuarembó viene trabajando bajo las ordenes de sus referentes, Franco Sosa y Aldo Díaz, pues el vínculo del profesor Andrés Rodríguez con la institución culminó la pasada semana, siendo una situación poco ideal que dos jugadores comanden los trabajos.
La entidad norteña atraviesa por un momento de incertidumbre, debido a que los dirigentes siguen esperando por llegar a un acuerdo con los inversores colombianos, no pudiendo asegurar con firmeza que el negocio se concrete, dado que en más de una oportunidad el club estuvo a punto de lograr un vínculo con empresarios de cierto poder adquisitivo, pero finalmente nunca nadie puso dinero en la cuenta bancaria de la institución.
Cada día que pasa agrava más la crisis institucional de Tacuarembó, ya que aumenta la ansiedad en los futbolistas, quienes pretenden saber con certeza si podrán seguir jugando, además de cobrar el dinero que la comisión les adeuda, existiendo a su vez preocupación en la hinchada roja y blanca por el futuro del equipo de sus amores.